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A Ernesto Infante y a Hugo Carlos de Torosso es difícil reconocerlos sin sus manos engrasadas, sin sus overoles percudidos por el trabajo o sin el ceño fruncido de tanto pensar y buscar soluciones. Y es que ambos son hombres de acción que nunca descansan y de esos imprescindibles, cuando de mantenimiento y preservación de los ómnibus Yutong se habla.
Casi 10 años han pasado desde que estos equipos llegaron del gigante asiático a Cuba y muchos, de los más de cuatro mil 500 con que cuenta la isla, ya han a sobrepasado el millón de kilómetros recorridos. Tanto éxito solo ha sido posible gracias a genios como ellos, que laboran en la Empresa de Ómnibus Nacionales en la ciudad de Camagüey, y a otros, en toda Cuba, que inventan para mantenerlos rodando.
Historia de muchos
A Hugo, tornero, hace unos cinco años se le metió en la cabeza evitar que más guaguas se detuvieran por problemas en el sistema de dirección. Para ello necesitaba bronce, pero el que vendían llegaba, a veces, con huecos y con la calidad no idónea para el buen trabajo que quería hacer.
“Me rompí la cabeza algunos días, pero me acordé que tenía un pedazo de casquillo de los proyectiles de 100 milímetros, ya desactivado, que son de bronce fosfórico, que podría servirme para la fabricación de los bujes del sistema de dirección”, recuerda Hugo.
Y sin meditarlo más puso manos a la obra. El trozo venía con la abertura perfecta, por lo que se fue para el torno y la prensa a terminar de modificarlo hasta que lo “parió”.
“Fíjese si todo fue bien que ya hay más de 100 rodando por todo el país”, afirma Hugo, quien se ha convertido en el único tornero de la empresa nacional que rehabilita el sistema de dirección de los ómnibus Yutong.
Y el ahorro ha sido tanto que ni lo quiere decir, porque la humildad también lo supera y le impide ver la grandeza de su empeño. Ahora solo le preocupa que los casquillos son un poco difícil de encontrar y teme que sus ideas se guarden. Quizás por eso es que está pensando en recuperar las barras estabilizadoras con neumáticos.
Otro loco sencillo es Ernesto, chofer de un autobús, el 2340 de la ruta Camagüey-Habana que sobresale por la buena imagen que proyecta, la limpieza y porque ya se ha ido por encima de los demás con un kilometraje de un millón 100 mil.
Para él el secreto es sencillo: “yo solo lo cuido. El motor está en óptimas condiciones, aunque siempre lo estoy mirando para ver si le pasa algo y atenderlo como es”.
Y es que a estos equipos se le acumulan los años de explotación y del prolongado uso que provoca que el parque muestre un perceptible deterioro. Pero los innovadores han respondido con iniciativas e inventivas y con cuidado y atención, como enfermeros de los mismos, a que sigan rodando por toda la isla.
Dado al prolongado uso, el parque muestra un perceptible deterioro, pero los innovadores siguen respondiendo con sus iniciativas.
Aunque analizando el escrito, llego a una conclusion, si los carros son de China, las piezas son de allà tambien, China tiene muy buenas relaciones con Cuba, ahì, no hay bloqueo, las piezas cuestan caras traerlas de China, por el viaje y por lo que cuestan, yo pienso y no se si estoy equivocado, pero con unos 5 tecnicos por cada especialidad que reciban instrucciones al respecto, lo mismo da que vayan de China a Cuba o viceversa, creo que llevando los chinos a Cuba resuelven mas porque le pueden dar una atencion ya que son los compradores de los equipos los cubanos y todos quieren que el transporte no falle, y sì los inventores han hecho un trabajo im0pecable pero seria un alivio tnto para ellos como para los clientes que tendrian un mejor servicio.
Bravo por ellos y el de Sancti Spiritus que hizo posible que un asiento que está pegado al baño de un Yutong, pueda ser reclinable igual que los demás, aunque a mi parecer esos omnibus deberian tener dos parejas de asientos menos, para que estén a la par que en el resto del mundo, pues esa marca de omnibus ya está en todas partes, de otros modelos pero Yutong.