La doctora Gloria Isabel Lara Calderín es de hablar pausado, reflexivo, seguro. La vida la ha consagrado a la Medicina. En su consulta en el policlínico Octavio de la Concepción y de la Pedraja, en la ciudad de Cienfuegos, los pacientes, mayoritariamente enfermos con cáncer o diabetes, dan fe de su esmerada atención y gentileza.
Pero ella no es de los médicos que se conforman con cumplir su deber asistencial simplemente. Su amplio currículo así lo reseña. Señala que además de ser especialista de II Grado en Medicina Interna, forma parte del grupo multidisciplinario provincial que atiende la diabetes mellitus, es Profesora Consultante de la Universidad de Ciencias Médicas Raúl Dorticós Torrado e investigadora constante.
Esas y otras muchas razones que harían demasiado extensas estas líneas resultaron válidas para que a propuesta de la CTC, el Consejo de Estado le otorgara el pasado año el título honorífico de Heroína del Trabajo de la República de Cuba.
“Nunca lo pensé. No trabajo por reconocimientos. Fue una gran emoción cuando me llamaron del sindicato para informarme. Le aseguro que me cuesta aún creerlo”, confiesa.
En su consideración, ¿a qué responde el otorgamiento de tan alta condición?
Creo que a la integralidad que he mantenido desde que me gradué en 1975, precisamente cuando se efectuó el Primer Congreso del Partido, y a la labor no solo como médico, sino también en la FEU, la Juventud Comunista y el Partido, en el Sindicato y en la ANIR. Ha sido un resultado acumulativo y pienso que eso lo tuvieron en cuenta para hacer la propuesta y aprobarla.
¿Qué representa para usted el trabajo?
A veces mi esposo me dice jocosamente que quiero más al trabajo que a él; y no es así. El día que no voy a trabajar siento que me falta un pedacito. Ese espíritu, ese amor, nació conmigo. Mis padres eran obreros y siempre los vi trabajando. Esa fue la formación que tuve. Es lo más importante en la vida de los seres humanos.
En su trayectoria sobresale la labor investigativa que ha desarrollado. ¿Qué importancia le concede?
No se concibe a un médico que no investigue, porque cada paciente implica la realización de un estudio. Llevo casi 30 años en la atención primaria, vinculada de manera directa con la población, y me ha resultado imprescindible. Mantengo dos líneas principales de investigación sobre causas importantes de morbilidad y mortalidad: la diabetes mellitus y el cáncer. Con esta última llevo seis años y estoy al frente del programa en el área de Salud. Acumulo más tiempo en la atención a las personas diabéticas. Hoy la consulta es de referencia en el municipio, por la estabilidad que ha tenido y los resultados. En estos momentos realizamos un estudio nacional sobre el pie diabético y el uso del Heberprot—P.
Algo muy importante: siempre trato de que los estudiantes se formen no solo desde los puntos de vista asistencial y docente, sino también investigativo.
Para una mujer es más difícil lograr el título de Heroína, pues a los deberes laborales se le suman las responsabilidades hogareñas. ¿Cómo ha sido en su caso?
Eso depende mucho de la familia, pues ella desempeña un papel importantísimo en el apoyo a la mujer trabajadora. He hablado al respecto con otras heroínas y también tienen el mismo criterio: sin el apoyo familiar sería muy difícil alcanzar una condición como esta.
¿Cuáles son sus sugerencias y consejos para los jóvenes que se forman como médicos?
Soy Profesora Consultante de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos y eso hace que esté más tiempo en función de la docencia que de la labor asistencial, aunque no he abandonado la consulta. La formación que debe tener un futuro profesional de la Salud debe sustentarse principalmente en valores: consagración, responsabilidad, ética, humanismo, patriotismo, solidaridad, honestidad…
Cuando se ostenta un título como el suyo pudiera pensarse que todo está hecho en términos laborales. ¿Le resta algo por lograr aún?
Me queda muchísimo por hacer, sobre todo en el aporte a las soluciones de los problemas que afronta el sistema nacional de Salud. Pienso que la mayor colaboración puedo darla a través de la investigación en las líneas que abordo y también en la formación de las futuras generaciones de médicos; son ellas las que nos curarán a nosotros, las que atenderán a nuestro pueblo, las que cumplirán las misiones internacionalistas en el futuro…
Acerca del autor
Graduado de Profesor de Educación General en el Instituto Superior Pedagógico Félix Varela, de Villa Clara, Cuba (1979). Ha laborado en la Revista Juventud Técnica, semanario En Guardia, órgano del Ejército Central, periódicos Escambray, CINCO de Septiembre y Granma. Desde el año 2007 es corresponsal de Trabajadores en la provincia de Cienfuegos. Está especializado en temas económicos y agropecuarios. En 1999 acompañó en funciones periodísticas a la segunda Brigada Médica Cubana que llegó a Honduras después del paso del huracán Mitch. Publicó el libro Verdades sin puerto (Editorial cubana MECENAS). Ha estado en otras tres ocasiones en esa nación centroamericana, en funciones periodísticas, impartiendo conferencias a estudiantes universitarios, asesorando medios de comunicación e impartiendo cursos-talleres sobre actualización periodística a periodistas y comunicadores. Multipremiado en premios y concursos internacionales, nacionales y provinciales de Periodismo. Fue merecedor del Premio Provincial Periodístico Manuel Hurtado del Valle (Cienfuegos) por la Obra de la Vida – 2012. Le fue conferido el Sello de Laureado, otorgado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC). Mantiene evaluación profesional de Excepcional.