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Foro interactivo sobre Sociedad Civil en Cuba

Sociedad civil Cuba
Foto: Joaquín Hernández Mena

Estimada(o) internauta:

A pesar de las diferencias que armonizan el mundo,  algunos conceptos han conseguido minimizarlas para imponer un consenso supranacional. Un ejemplo de esto es el término sociedad civil que suele entenderse como el “espacio de vida social organizada, voluntariamente autogenerada, independiente, autónoma del Estado y limitada por un orden legal o juego de reglas compartidas. Involucra a ciudadanos actuando colectivamente en una esfera pública para expresar sus intereses, pasiones e ideas, intercambiar información alcanzando objetivos comunes”.

Precisamente hoy, viernes 13 de marzo, en la víspera del Día de la Prensa Cubana, Trabajadores recibió en su redacción a un grupo de especialistas (abogados laboralistas, dirigentes sindicales, politólogos  y filósofos) que ofrecen sus puntos de vista sobre la sociedad civil en Cuba. En esta oportunidad nos acompañaron:

-Raymundo Navarro Fernández, miembro del Secretariado Nacional de la CTC.

-Carlos de Dios Oquendo, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Construcción.

-Gilda Chacón Bravo, funcionaria del Departamento de Relaciones Internacionales de la CTC.

-Rosario Rodríguez Remón, funcionaria del Departamento de Relaciones Internacionales de la CTC.

-Rafael Hernández, politólogo, autor de Mirar a Cuba. Ensayo sobre cultura y sociedad civil (1999). Director de la  revista Temas.

-Miriam García Mariño, Máster en Ciencias y funcionaria del Ministerio de Justicia.

-Vania Rivero Morejón, funcionaria del Ministerio de Justicia.

-Doctora Thalía Fung, presidenta de la Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas, organización profesional de Filosofía y Ciencias Políticas.

Acerca de este polémico tema, Trabajadores ha decidido organizar un foro interactivo donde los internautas —principiantes, curiosos, diletantes o expertos— podamos compartir criterios, debatir, polemizar, aprender…

Nos corresponde, por el perfil editorial, abordar el papel de los sindicatos en la sociedad civil y, particularmente, en Cuba, donde el proceso de actualización del modelo económico exige de la participación ciudadana en la toma de decisiones.

A continuación ofrecemos las intervenciones de los panelistas:

Foto: Eddy Martin

El término de sociedad civil en nuestro país tiene diversas interpretaciones y posiciones. ¿De qué estamos hablando cuando decimos “sociedad civil”?

Dra. Thalía Fung: No creo que haya muchas posiciones teóricas al respecto, sino más bien se discute en torno a cuáles elementos de la sociedad civil integran la sociedad civil cubana y si estos verdaderamente responden a la percepción de la persona que expone su criterio. Y ello no es solamente en Cuba, sino que surge también en otros países.

La sociedad civil cubana es una base adecuada de nuestro sistema político, precisamente porque representa los intereses, no de una parte minorista de la sociedad, sino de toda la sociedad. Esto podría ser lo que llamamos un rostro importantísimo de nuestra sociedad civil.

Dr. Thalía Fung, presidenta de la Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas, organización profesional de Filosofía y Ciencias Políticas / Foto: Eddy Martin

Tanto la sociedad civil como la sociedad política trabajan en el tránsito por una sociedad más justa y mejor. Es protagonista también en actividades políticas, como la votación por la Constitución que rige los destinos de nuestra sociedad; participa a través de consultas en la toma de decisiones de envergadura, en tanto los ciudadanos postulan y eligen a los miembros de los cuerpos legislativos, así como su pertenencia o no a organizaciones políticas; porque el ciudadano y el miembro del pueblo cubano actúa en las esferas económicas, sociales, cotidianas, como actores de la sociedad civil.

Además, organizan sus intereses productivos, legales, familiares, estudiantiles, científicos, artísticos, recreativos en instituciones del más variado espectro que también se interrelacionan.

Desde sus inicios, el germen del nuevo Estado cubano luchó contra la dictadura batistiana que le fue impuesta, pero la sociedad civil cubana apoyó la lucha en la clandestinidad, donde confluyeron clases y grupos epocales diferentes, fundamentalmente, los jóvenes, por lo cual dicha conjunción en la defensa de toda la población sentó las bases de la unidad de la sociedad civil y la sociedad política y de su interrelación posterior en el sistema político. Por ello consideramos que nuestro sistema político y su objetivo social es  tan valioso para nuestra patria.

¿Cómo describir la sociedad civil de nuestro país?

Dra. Thalía Fung: La sociedad civil es la base del sistema político. El sistema político se estructura en una sociedad política y sociedad civil, por lo cual no puede plantearse como que no están relacionados. Sin esa base, la sociedad política no puede existir. Precisamente, a partir de las comunidades primitivas, cuando se crea un plus producto, se produce, en mi opinión, la mayor revolución política hasta ahora existente: la creación del Estado. Comienza a existir una parte de la sociedad representada por el Estado que dispone de los medios de la sociedad en su conjunto. Ahora bien, la sociedad política tiene el poder del Estado y del Gobierno que lo administra para reproducirse como sistema en su conjunto.

Nuestra sociedad civil está compuesta por elementos como las instituciones familiares, la escuela, los medios de difusión masiva, las iglesias, los sindicatos y las ONG. Estas dos últimas son, de consenso, reconocidas tanto en las ciencias políticas de occidente como en el enfoque sur, como organizaciones estatales.

Pero la sociedad civil como la concibe la ciencia política occidental tiene un sentido excluyente. Mientras que, desde el enfoque sur, todos los individuos registrados o no, productivos o no, forman parte de la sociedad civil donde se incluyen los indios, los desempleados, los pobres, es decir, los individuos realmente existentes; en la concepción occidental no están presentes y la sociedad civil solo se refiere a aquellos que han logrado una capacidad de organización.

Eso sería lo deseado para todos los miembros de la sociedad, pero no se puede creer que seres que no han logrado ni siquiera acceder a la educación, que apenas consiguen el sustento, puedan tener posibilidades de organizarse y expresarse. No podemos excluirlos de la sociedad civil porque hayan tenido esas carencias.

Cuando se habla de los derechos humanos -y el primer derecho es la vida, y cuántos son privados desde la cuna de ese derecho-; desde el enfoque sur, esos individuos son imprescindibles y en ese grupo incluimos a los excluidos en otras concepciones teóricas y se integran en su mayoría por los excolonizados, por los oprimidos, y hoy también pasan a formar parte los desempleados, los desahuciados, los pobres. Es importante decir que los pobres han sido considerados por Fidel Castro como nuevos agentes de la historia, como un sujeto global.

¿Usted también concibe que todos somos la sociedad civil en Cuba?

Rafael Hernández: El Estado y la sociedad civil no son dos conjuntos de cosas físicas, sino que forman parte de una totalidad que es la formación social, en esa totalidad las instituciones estatales y las de la sociedad civil no son dos bloques opuestos, sino se interrelacionan. Ejemplo de ello es el candidato a la Asamblea del Poder Popular de una circunscripción, que es un representante de la comunidad, pero al convertirse en candidato comienza a formar parte del sistema político y de la propia institución del poder estatal.

Incluso si tomamos una organización política como el Partido Comunista de Cuba (PCC), vista desde abajo, sus miembros que son tres cuartos de millón, representan a todos los sectores de la sociedad con visiones e intereses sociales diferentes, de manera que las demandas y los planteamientos de esos miembros del PCC están recogiendo visiones de distintos grupos de la sociedad civil que se transmiten hacia arriba y llegan a la máxima dirección política, que se articula con el poder del Estado. Es decir que el Partido desde arriba es una institución política y desde abajo es sociedad civil.

Cuando se mira la política no solo como expresión de aparatos de Gobierno sino como respuesta a la presión social, se puede entender que la lógica del proceso de cambios que recoge la actualización del modelo económico no se limita a cambios económicos. También responde a demandas que buscan soluciones a problemas de naturaleza política. Cuando el Partido acuerda en el VI Congreso una política de descentralización, respondiendo a un reclamo de abajo, está redistribuyendo el poder político, al ceder poder de decisión y atribuciones al nivel local. Como ha enfatizado Raúl Castro Ruz, sin esa descentralización no habrá cambios económicos exitosos.

En la definición misma de las organizaciones que componen la sociedad civil se les presenta como autónoma del Estado. ¿Significa que tiene que ser una oposición al Estado? ¿Un contrapeso? ¿Un complemento?

Dra. Thalía Fung: Hemos dicho que la sociedad política y civil conforman el mismo sistema político que tiene como objetivo su reproducción, por supuesto que con sus diferencias -que pueden ser totales o parciales-, porque la sociedad civil reclama siempre del Gobierno y el Estado lo que les interesa en un momento dado. Pero un determinado sistema político siempre busca su conservación y su reproducción. Solo en momento de oposición extrema, elementos de la sociedad civil o la sociedad civil en su conjunto se oponen al Estado.

Pero a pesar de sus diferencias hay que recordar que incluso Gramsci planteó que en última instancia el Estado y la sociedad civil son una misma cosa. Pero atención, eso no quiere decir que no mantenga su relativa independencia.

Por supuesto, el Estado tiene instrumentos de poder para incidir dentro de la sociedad civil que pueden ser socializadores o coactivos. Ahora bien, no necesariamente las organizaciones integrantes de la sociedad civil tienen que oponerse al Estado; es más, en América Latina muchas organizaciones apoyan proyectos del Estado, organizaciones tanto internas financiadas por el propio Gobierno o por otras organizaciones internacionales. Esto genera otro asunto, que es la sociedad civil internacional que no es motivo de este debate.

En la sociedad civil cubana solamente se presentan grupos pequeños que son opuestos al sistema político. Suponemos que en defensa de sus intereses, muy específicos y particulares porque no es posible que un ser humano pueda oponerse a que sus connacionales sean atendidos desde antes de su nacimiento; que la educación sea gratuita para todos los cubanos; que además, esta nación haya desarrollado la solidaridad hasta el punto que, desde su formación, ha sido solidaria con el progreso de otros países, a los cuales ha extendido el combate contra el analfabetismo y en general por la educación; que ha auxiliado a otros en la salud hasta el punto de que hoy encabeza en África la batalla contra el ébola; y que puede considerarse defensora de la libertad a nivel global cuando nuestro pueblo ha luchado contra el Apartheid, por integrantes de la sociedad política y de la sociedad civil.

En esos propósitos humanos ha coincidido nuestro Estado y los miembros de la sociedad civil que han concurrido voluntariamente a esas tareas. Esta es una prueba de la legitimidad que otorga la sociedad civil a nuestro Estado y Gobierno.

Foto: Alejandro Ulloa

Hay un debate en nuestro foro que contrapone criterios sobre el multipartidismo como opción en Cuba. Una de las participantes, identificada como Celia, hace una distinción: dice que los partidos políticos son parte de la sociedad “política”, no de la sociedad civil. Eso genera una duda: ¿No es política una sociedad civil?

Rafael Hernández: Respecto a la relación entre sociedad civil y sistema político tampoco puede verse como espacios compartimentados. Pero sí hay diferencias de fondo. Por ejemplo, cuando se plantea fundar un partido político, con el propósito de alcanzar el poder del Estado, este no tiene que representar orgánicamente la lógica de la sociedad civil, en el sentido de que desde el principio esta organización se propone funcionar como actor dentro del sistema político, cuyo orden es otro.

Ahora bien, eso no significa que no haya imbricación entre el poder del Estado y la sociedad civil. Por ejemplo, cuando un movimiento social (o sea, enraizado en la sociedad civil) llega no solo a hacerle demandas al sistema político, sino que  propone y promueve un candidato a presidente, como ocurrió con Evo Morales y el movimiento de los cocaleros en Bolivia, se advierte que un movimiento social puede transformarse en una fuerza actuante dentro del sistema político.

Dr Thalía Fung: Una puntualización al respecto. Hay varias teorías sobre la ubicación de los partidos políticos. Para algunos son miembros de la sociedad civil; para otros, son intermediarios entre la sociedad civil y el Estado. De todas maneras, hay que señalar que los partidos en el sistema representativo capitalista buscan la toma del poder político; de hecho, el cambio de partido en el Gobierno responde a que los intereses del Estado no han sido eficientemente representados.

Como decía Marx, cada cuatro años los obreros eligen qué representante de la burguesía los va a conducir. Para mí, es evidente que el multipartidismo, tan defendido en la ciencia política occidental, no recuerda que en general dichos partidos representan la misma voluntad política estatal.

El PCC no es como se dice por algunas teorías una copia del partido bolchevique, sino que tiene sus raíces en la concepción martiana de la necesidad de unir toda la nación en una sola organización política para que pueda enfrentar los grandes retos, muchos de los cuales pueden ser consecuencia de las dificultades de orden político y económico que generará un enemigo tan poderoso como el surgido con el imperialismo que afectará no solo a Cuba, sino a lo que llamó Martí “Nuestra América”.

Nuestro partido es el instrumento idóneo para establecer la estrategia y las tácticas de una sociedad que se ha propuesto transformar nuestra nación en lo que se ha llamado por la dirección de dicho organismo como un socialismo próspero y sostenible, en función de lo cual tanto la sociedad política como la sociedad civil deben contribuir con todas sus capacidades y esfuerzos.

[youtube url=»https://youtu.be/CEXII4e5vGs» width=»760″ height=»520″][/spoiler][/spoiler] Entrevista Online Sociedad Civil en Cuba (I).[/youtube]

Un segundo momento en nuestro debate posibilitó que intercambiáramos con la Msc. Miriam García Mariño y Vania Rivero Morejón, funcionarias del Ministerio de Justicia (MINJUS), institución que preside el registro de las organizaciones que componen la sociedad civil en Cuba. ¿Cómo se expresa concretamente la sociedad civil a partir de este registro?

Foto: Alejandro Ulloa

Miriam García: La dirección de asociaciones del MINJUS tiene un registro de asociaciones adscrito a ella desde que se pudo en vigor la ley en 1888, luego la 1320 hasta 1976 y en 1985 se presentó la que está vigente actualmente. El registro nacional cuenta con filiales en las 16 provincias y el municipio especial Isla de la Juventud, de igual modo hay asociaciones que son de carácter provincial. Así funciona el sistema de registro a partir de que se reconozcan mediante resolución asociaciones que posteriormente pasan al registro donde adquieren su personalidad jurídica.

¿Cuáles son las condiciones para que una organización pueda acceder a este registro?

Vania Rivero: Existe un grupo de requisitos que están recogidos en nuestras normas, específicamente en la Ley de Asociaciones, por los cuales deben regirse los iniciadores o fundadores, que es como se denomina a las personas que tengan interés en constituirlas. Estos deben presentar su solicitud ante el órgano u organismo estatal que fungirá como su órgano de relación de ser aprobada de acuerdo a los objetivos y fines que motiven la creación de una asociación.

Ante su explicación, podemos decir que «teóricamente» un grupo de personas pueden articular una organización encontrando un organismo de relación y entonces presentar una solicitud.

Miriam García: Este organismo de relación se imbrica con los objetivos y fines que persiga ese grupo ante su constitución porque como se comentaba al inicio las sociedades civiles no están aisladas del Estado.

Algunos elementos de los que se han abordado durante el foro tercian esta valoración. El hecho de que existan en la sociedad cubana una organización específica por sector, y no más de una, genera comentarios e interpretaciones, ¿qué es lo que refleja la Ley al respecto?

Vania Rivero: La Ley es clara cuando expresa que si existe una asociación registrada con personalidad jurídica, con objetivos y fines específicos no se puede repetir en otra. Se trata de que no existan varias organizaciones ejecutando los mismos objetivos y fines, sino una sola que agrupe a todo el que quiera voluntariamente trabajar bajo esos fines. La Ley es bastante específica en estos y es uno de sus requisitos.

Recientemente salió la noticia de la Unión de Especialistas de Tecnologías de la Información, se ve que la sociedad civil se va organizando y aparecen ideas y conceptos, pero no hay mucha información de cómo articular un movimiento, una agrupación. ¿Cómo pudiera demostrarse que la sociedad civil cubana es un ente vivo, que se reproduce, crece?

Miriam García: Anteriormente, explicando cómo se puede hacer en la Ley actual, aunque no estamos distantes del reordenamiento del país y es por eso que estamos trabajando el tema para abarcar todas las formas asociativas. Porque hay diferentes formas asociativas, entre ellas están las organizaciones de masas, las sociales, las fundaciones, las sociedades no lucrativas y todas las asociaciones en general. Por este motivo estamos reordenando para que puedan tener todo el apego a la Ley y una funcionalidad sin problema en cuanto a nuestras formas asociativas.

Vania Rivero: Tal y como lo prevé la Constitución de la República pertenecen a esta sociedad civil todos los trabajadores manuales, intelectuales, campesinos, mujeres, estudiantes, que como bien lo expresa la norma tienen derecho a reunirse y asociarse.

[youtube url=»https://youtu.be/2enyjxIKzv4″ width=»760″ height=»520″][/spoiler][/spoiler] Entrevista Online Sociedad Civil en Cuba (II).[/youtube]

En la Central de Trabajadores de Cuba, organización no gubernamental, se centró el tercer y último momento del debate; con la presencia de Raymundo Navarro Fernández, miembro del Secretariado Nacional de la CTC; Rosario Rodríguez Remón y Gilda Chacón Bravo, funcionarias del departamento de Relaciones Internacionales, y Carlos de Dios Oquendo, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción (SNTC).

Foto: Alejandro Ulloa

El debate en la web se mueve en tendencias interesantes, por un lado se afirma que las organizaciones de masas reconocidas por la ley son “instrumentos del Estado” y por otro se les defiende como legítimas representantes de la sociedad. También hay quienes dicen que no tienen tal autonomía sino que se rigen por los lineamientos del Estado y el Gobierno. Por eso es útil hablar del tema. ¿Puede hablarse de la CTC como una ONG?

Gilda Chacón Bravo: La CTC es una de las organizaciones que más se destaca dentro de las ONG cubanas, está reconocida junto a otras organizaciones en el Artículo 7 de la Constitución de la República, por su amplia membrecía, representatividad y capacidad de movilización.

Rosario Rodríguez: Considero que sí, en tanto es una organización social que agrupa a 17 sindicatos nacionales, organizados por ramas de actividad. Además, como organización social la CTC tiene sus propios estatutos y reglamentos, es autofinanciada y cumple una serie de requisitos como ONG.

Por ejemplo actúa sin fines de lucro, la afiliación es totalmente voluntaria, se establece su propia estructura y funcionamiento a partir de sus documentos normativos, que son aprobados en cada uno de los congresos obreros, donde se definen sus pautas de funcionamiento, todas en concordancia con el momento que vive la sociedad cubana.

También debemos resaltar que para su accionar no cuenta con la aprobación del Gobierno, lo que nos hace una organización autónoma e independiente y ratifica su condición de ONG.

El debate es interesante, el usuario Yohan, pregunta por qué si la CTC es una ONG, su Secretario General es miembro del Consejo de Estado.

Raymundo Navarro: La CTC se funda el 28 de enero de 1939. Lázaro Peña, el líder obrero, siempre tuvo presente la unidad del movimiento sindical, y antes del triunfo revolucionario del primero de enero de 1959 defendió los intereses de los trabajadores, y veíamos la pregunta del internauta y es elemental.  Si una organización es convocada para formar parte de una instancia del Estado, por qué negarse.

No renunciaríamos a esa posibilidad de estar ahí, lo más importante no es cuestionar si estamos o no, sino que estamos pero representando los intereses de los trabajadores, y allí nuestro Secretario General puede y representa a todos los trabajadores.

Conocemos experiencias internacionales y en nuestro país, antes de 1959, el sindicato solo representaba las reivindicaciones de los trabajadores. En la construcción de nuestra sociedad socialista nuestro papel es diferente, representamos las reivindicaciones de los trabajadores y, a la vez, los comprometemos con el cumplimiento del encargo social, porque el capital que se genera es para beneficio de nuestra sociedad en su conjunto, para el trabajador y su familia, no para una minoría.

El papel de los sindicatos está también en el vórtice de la discusión: La apertura al trabajo no estatal ha generado un fenómeno que para algunos es muy interesante, y es que en un mismo sindicato se reúnen dueños y trabajadores asalariados, lógicamente podría haber intereses contrapuestos en algún momento. ¿Qué opinan sobre esta dicotomía?

Raymundo Navarro: La CTC cuenta en sus 17 sindicatos con 3,2 millones de afiliados y hay tres fuentes de afiliación: trabajadores estatales, no estales y jubilados.

Para nosotros, antes de la actualización del modelo económico no teníamos experiencias suficientes sobre el trabajador no estatal y su afiliación. Hoy, del total de trabajadores no estatales, tenemos afiliados el 62 por ciento.

La experiencia en el sector estatal es que los empleadores se afiliaron voluntariamente a nuestra organización, porque vieron en ella sus intereses representados. En las nuevas formas de gestión, si el empleador desea afiliarse voluntariamente puede hacerlo, como ocurre en muchos países del mundo. Pero en este tema estamos tomando experiencias y elaborando nuestras propias propuestas.

¿Cuál ha sido la experiencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción en este tema?

Carlos de Dios Oquendo: Quisiera reafirmar una idea, no podemos ver una división entre la sociedad civil y el Estado, y en esa interrelación el sindicato como representante de los trabajadores, desde la Constitución en su artículo primero dice que Cuba es un Estado socialista de trabajadores independientes y soberanos con todos y para el bien de todos. Y es, precisamente en este punto, que radica la esencia del papel del sindicato, en el cumplimiento de su misión de educar, orientar, movilizar y representar a los trabajadores en armonía entre derechos y deberes.

Esta función se ha tornado mucho más compleja a partir de la actualización del modelo económico cubano y los cambios que se están dando en la gestión y apertura al trabajo no estatal, fundamentalmente en la representación y defensa de estos trabajadores y el concepto amplio de «sindicalización», tanto de empleadores como de trabajadores en un mismo sindicato.

Directo a la pegunta podemos ejemplificar que en el caso del SNTC están presentes tanto las formas de gestión de las cooperativas no agropecuarias donde están constituidas más de 65 y el trabajador por cuenta propia en actividades relacionadas con el sector de la construcción donde tenemos inscritos más de 30 mil.

Trabajamos en la sindicalización tanto de empleadores como trabajadores, y evaluamos a partir de la experiencia cotidiana y el incipiente funcionamiento de las secciones sindicales constituidas la esencia del funcionamiento del trabajo sindical, fundamentalmente en dos direcciones: evaluar su papel ante la defensa de los derechos de los trabajadores, a) ante los empleadores con apego al recién aprobado Código del Trabajo y a la leyes y resoluciones que el país ha aprobado con respecto a su obligación y, b) el de los empleadores ante las instancias del Gobierno y los organismos de relación,  todo ello en función de mantener la unidad del movimiento obrero.

[youtube url=»https://youtu.be/J2P7GqoXQPE» width=»760″ height=»520″][/spoiler][/spoiler] Entrevista Online Sociedad Civil en Cuba (III).[/youtube]

En uno de los comentarios, un lector identificado como Maykel, comenta: En el caso de los artesanos, si hay quienes no se sienten identificados o representados por la organización que tiene esa función en la actualidad, tal vez nos interesaría crear otra que de alguna forma cumpla mejor con esas tareas ¿Qué impide que tengamos más de una organización de artesanos?

Miriam García: En la legislación vigente se plantea con claridad que lo que no se puede es constituir más de una forma asociativa con el mismo objetivo y fin, lo cual no quiere decir que en un mismo sector existan varias asociaciones como sucede con la Salud, donde están reconocidas 64 asociaciones, o en la Cultura donde existen 9 asociaciones y además está la Unión de Escritores y Artistas de Cuba como organización social y la Asociación de Artesanos Artistas.

No todas las formas asociativas se encuentran inscriptas en el Registro de Asociaciones,  ya que se han venido constituyendo al amparo de otras normas legales como es el caso de las fundaciones y sociedades civiles no lucrativas que están reconocidas al amparo del Código Civil y las organizaciones de masas y sociales al amparo de la Constitución de la República, ejemplo de ello es la CTC. Hoy nos encontramos evaluando que todas las formas asociativas sean inscriptas, como único mecanismo legal para adquirir la personalidad  jurídica.

 

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