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Deporte y medicina: un matrimonio bien llevado

Por Javier Perera, estudiante de Periodismo

El doctor Víctor Manuel Cabrera Oliva y su vinculación con el deporte por más de dos décadas.

“Mi afición por el deporte siempre ha sido grande, pero fui mal deportista. Sin embargo, en varios triunfos de Cuba siento que hay parte de mi aporte aunque sea indirecto”, esta es la frase que inicia la conversación con el doctor Víctor Manuel Cabrera Oliva.

El fecundo investigador, de 67 años, revela que antes de adentrarse de lleno en la medicina deportiva tuvo un extenso recorrido por otras especialidades, entre otros lugares en el Centro de Investigaciones Químicas y el Instituto de Endocrinología, donde realizó su tesis de doctorado.

Durante más de 22 años trabajó en estudios relacionados con la reproducción humana, además de laborar en proyectos y asistencia a investigaciones en el Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubirán, de México, por cinco años; en el Instituto de Química de las hormonas de Moscú y en el Laboratorio Hagedorn de Dinamarca.

El nuevo milenio le abrió las puertas de lo que sería con el curso de los años una de sus grandes pasiones, el vínculo con la actividad deportiva y sus protagonistas. E n el 2000 ingresó en el Laboratorio Antidoping de La Habana, donde se desempeñó como analista en cromatografía líquida de alta resolución y en breve tiempo inició su experiencia en el Instituto de Medicina Deportiva (IMD).

Con casi tres lustros allí, considera que una de las principales tareas de este organismo es la relacionada con la promoción de salud y deportes para todos, la atención a atletas con discapacidad, el cuidado de los competidores de alto rendimiento, el control biomédico del entrenamiento deportivo y la psicología del deporte. Por todo ello estima que “el deporte y la medicina son un matrimonio bien llevado”.

En la actualidad, Víctor Manuel es como asesor científico del IMD. “He desarrollado una amplia actividad docente, tanto de pregrado como de postgrado, he sido tutor de tesis de maestrías, doctorados y especialidades, así como profesor en la maestría de control biomédico del entrenamiento deportivo en Cuba y en Venezuela”, afirma.

El también Profesor Titular de la Academia de Ciencias de Cuba ha realizado proyectos de investigación financiados por la Unesco y por la Agencia Mundial Antidopaje, organismo que le sirvió de mucha ayuda para la elaboración de su libro Dopaje y drogas, publicado el año pasado.

Fanático al estudio de idiomas —se desenvuelve con soltura en inglés, ruso, francés y portugués—, este hombre, oriundo de Buey Arriba, en Granma, también ha sobresalido por ser gestor de numerosos encuentros científicos en nuestro país.

Sobre la importancia del I Simposio internacional de control médico del entrenamiento deportivo, psicología y rehabilitación en el deporte, celebrado en La Habana del 6 al 9 de octubre del 2014, argumenta que las expectativas se cumplieron ampliamente porque quedó una masa de investigadores y deportólogos de Cuba y de otras regiones muy capacitados, con la mirada puesta en el VII Congreso Internacional de este año.

Cabrera Oliva reconoce que la medicina deportiva cubana ha sabido sortear las encrucijadas con las que ha chocado durante tanto tiempo. “Tiene perspectivas, porque si bien es cierto que hay algunos aspectos relacionados con la tecnología que no nos ubican a la par de lo que se hace hoy en el mundo, desde el punto de vista teórico los especialistas están muy bien preparados, y saben tratar todo tipo de lesiones en diferentes deportes y tienen un gran dominio en el tema del dopaje”.

Un regocijo se posa en su rostro cuando le pregunto sobre la posición de Cuba en el panorama internacional de esta disciplina “No son muchos los países que a pesar de nuestras lagunas tecnológicas nos superan. En el IMD desfilan a diario campeones olímpicos y mundiales que son atendidos por nosotros. También las categorías inferiores son propensas a sufrir diferentes lesiones, y de esta forma la práctica te posibilita un nivel de conocimiento que no se puede lograr solamente con la teoría.

“La medicina deportiva en otras regiones está concentrada en lugares puntuales: capitales o grandes ciudades. En Cuba no, pues tenemos 17 centros provinciales, distribuidos en todas las provincias y el municipio especial de Isla de la Juventud”, sostiene.

A pesar de llegar tarde a esta rama de la medicina, Víctor Manuel estima que en estos 15 años sus logros principales han estado relacionados con el desarrollo de la actividad investigativa, la lucha contra el dopaje, la edición de la revista de medicina deportiva, el sitio web del IMD y el asesoramiento incesante a nuestros atletas en sus tesis de licenciatura y demás títulos académicos.

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