El cáncer constituye la primera causa de muerte en Cuba, y de sus posibles apariciones, las zonas de la cabeza y el cuello se inscriben entre las seis más propensas a desarrollar ese mal. Lo que a veces ignoramos es que una lesión en la cavidad bucal puede devenir alerta de nuestro organismo ante la posibilidad de tener la mencionada enfermedad.
Entre las lesiones premalignas más estudiadas en el mundo y con mayor incidencia en Cuba, se encuentra la leucoplasia bucal, una placa blanquecina que puede convertirse en cáncer. Las estadísticas confirman que el 85 % de quienes la padecen son fumadores, por lo que se asocia este hábito con sus factores desencadenantes.
Aun cuando la comunidad médica desconoce la causa exacta de su manifestación, los especialistas coinciden en que agentes como obturaciones defectuosas, dientes en mal estado o prótesis desajustadas pueden ocasionar estos daños a la mucosa por el constante roce.
La leucoplasia común puede curarse con tratamiento y eliminando los causales; sin embargo, cuando esta especie de úlceras presenta cambios displácicos el panorama varía para el paciente. De acuerdo con Osdany Cancio Lezcano, especialista de primer grado en cirugía maxilofacial, “existen características clínicas conocidas por los profesionales que les permiten determinar la malignidad, o no, de una leucoplasia; sin embargo, la mayoría de las veces resulta improbable especificarlo a simple vista. Solo la biopsia puede dar la confirmación”.
Por lo invasivo que resulta la extracción de la zona afectada y el ascenso del número de casos en el país, médicos espirituanos desarrollan un estudio enfocado en el empleo del azul de toluidina para el diagnóstico precoz del cáncer bucal.
“Esta sustancia tiene predilección por los ácidos nucleicos presentes cuando hay radicales libres, elementos inherentes a los cambios displácicos. Por tanto, nosotros teñimos la zona blanquecina y una vez que limpiamos, si permanece el tinte, estamos frente a la lesión propensa a convertirse en cáncer. De esta manera sabremos cómo actuar ante estas úlceras, sin tener que operar”, afirmó el doctor.
Con unos 72 pacientes insertos en la investigación, este método permitirá conocer la naturaleza de la leucoplasia y contribuirá a que las personas lleguen a las consultas en una etapa temprana de la afección; pues el especialista asegura que la mayoría se presentan muy deteriorados y la esperanza de vida tras la prescripción de cáncer bucal es de solo 5 años.