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Por su grandeza, si solo mencionamos a Reinaldo Castro, el primer Héroe Nacional del Trabajo en Cuba, ya podríamos escribir buena parte de la historia del Movimiento Millonario en nuestras zafras; pero esa tremenda porfía en los campos de caña va más allá de un nombre, son muchas historias reunidas.
El propósito era romper la secular tradición de cortar caña intermitentemente, y siempre en pequeños grupos de dos o tres hombres; se pretendía entonces organizar brigadas de corte cuyos macheteros asimilaran una distribución del trabajo y una disciplina diferente a la aplicada hasta ese momento.
Luego de 1959 se incrementó el esfuerzo nacional con respecto a las zafras del pueblo, lo que constituyó un importante antecedente y en julio de 1964, en la asamblea de balance del Partido Comunista de Cuba, en la granja Emiliano Lemes, del central oriental América Libre, presidida por el entonces Comandante Raúl Castro ─hoy Presidente cubano─ se propuso una emulación entre brigadas en la que 48 macheteros cortaran de conjunto un millón de arrobas de caña.
Ya para el 3 de marzo de ese año ─momento fundacional del movimiento millonario─ el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz, entregó en un acto en el parque de Güines la bandera de millonaria a la brigada Julio Antonio Mella, de la actual provincia de Mayabeque, aunque otros dos colectivos de Matanzas alcanzaron en igual fecha la entonces extraordinaria cifra.
Pero esas no fueron las primeras, pues un año antes la brigada Camilo Cienfuegos, con macheteros del municipio matancero de Calimete, llegó a los 2 millones de arrobas de caña. Había emulación, pero aún no se había oficializado el Movimiento.
Entre 1971 —año en que se estableció una estadística más confiable— y hasta 1990 alcanzaron el título de millonarias 20 mil 128 brigadas, a la vez que poco a poco se iban sumando las fuerzas de alza y tiro, y también los operadores de las máquinas cortadoras de caña.
Hoy, con la gradual desaparición del corte manual y la apreciable merma de las zafras azucareras en Cuba, el Movimiento Millonario pasó ─literalmente─ a otra vida, aunque muchos, principalmente aquellos con algunas canas, jamás olvidarán el esfuerzo extraordinario de cortar caña a mano o la ocasión en que una superbrigada llegó a 10 u 11 millones de arrobas en una zafra.
