Leo, Ernesto y Pedro son trabajadores de diferentes unidades empresariales de base. Sus entidades se subordinan a una nacional que no está cerca de sus casas, pero eso no les preocupa, ¡si total, lo de ellos es trabajar! Pero, sintieron algunas afectaciones en el salario y … la cosa cambió.
Desde que se emitió la nueva medida de pago reconocida como Resolución No. 17, disposición emitida por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), que pretende lograr una mayor vinculación del salario a los resultados, muchas dudas, relacionadas con el monto a cobrar, perturban a los obreros de las más de 125 empresas que en Camagüey aplican la normativa.
Y es que cuando se intentó emplear a mediados del año pasado, en varios lugares no existía la preparación económica y mental requerida para ello y muchos sufrieron, quizás por eso la han catalogado como una ley penalizadora del salario.
“Hasta ahora se ha creado esa idea falsa de la 17, pero en realidad ella desenfrena los ingresos y no le pone tope siempre que haya un respaldo productivo, eficiencia y el colectivo genere utilidades”, explicó Tania Díaz Bermúdez, secretaria, en la provincia de Camagüey, de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
Ingresar más, ¿cómo?
Trabajar y ganar dinero por ello es normal, pero hacerlo y percibir menos, molesta. Y es que para lograr la solvencia económica que se desea, a veces, los hombres deben inventar, pero si no llegan las materias primas, de nada vale.
“Debido a los cambios estructurales, existen colectivos que se ven frenados porque si una trae pérdida ellos también sufren las consecuencias. Y la 17 asegura que aquellas que las tengan no pueden pagar por rendimientos, y deben tener un grupo de condiciones para hacerlo”, argumentó Agustín Arribas Rodríguez, miembro del buró provincial de la CTC.
Asegurar la materia prima y los recursos necesarios para que el trabajador pueda aportar y crear su salario es la meta, por lo que si cambian las condiciones organizativas por alguna razón, los sistemas de pago deben hacerlo también, y es ahí donde el sindicato debe convertirse en vigilante del cumplimiento de los compromisos y recordar que ahora pueden haber tantos sistemas de pago como se deseen, recordó el directivo.
La ineficiencia y la falta de comprometimiento de algunos obreros también son razones que atentan con las grandes cifras anunciadas. “Si los trabajadores se responsabilizan con cumplir el plan y se les motiva para que puedan aportar más, su disposición influirá en la solvencia económica de la empresa.
“Todos conocen que la 17 ha transitado por muchas incongruencias, pero cuando se incumplen algunos indicadores hay que explicarles con qué por ciento, basado en ese incumplimiento, se va a penalizar el salario. Además, la resolución no indica que cuando se deteriore el gasto de salario por peso y valor agregado, necesariamente hay que bajar a 225 los ingresos, eso se hace en correspondencia con el deterioro”, acotó Arribas Rodríguez.
Los aparatos contables en algunas empresas no llevan los datos a punta de lápiz y cuando cierra el mes no saben qué hacer y para evitar pagar sin respaldo productivo deciden bajar el salario. Nada más alejado de lo que pretende la ley.
Ya en el territorio agramontino suman más de 140 mil trabajadores que cobran por rendimiento, por lo que hay detalles que no se deben ignorar como el gastar más de lo que se planifica, “porque mientras se gaste menos y se produzca más, el índice de valor agregado disminuye y se crea un monto mayor a distribuir”, acotó Arribas Rodríguez.
Y es que la efectividad de esta ley radica en los hombres, en el respeto y en el cumplimiento de los indicadores, y en el aseguramiento de los insumos para poder pagar con respaldo productivo, las grandes cifras a las que se aspira.