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Vigencia de la Federación Sindical Mundial

La Federación Sindical Mundial (FSM) arribara este año al 70 aniversario de su fundación con una mayor vigencia de los postulados que le dieron vida el 3 de octubre de l945, tras la derrota, 5 meses antes, del nazifascismo y del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Sus antecedentes históricos se remontan a la Conferencia Obrera Mundial, convocada por los sindicatos británicos, soviéticos, franceses y norteamericanos, celebrada en Londres en febrero de 1945, aun en medio del estallido de los cohetes V.2 y los arrasadores bombardeos de la aviación hitleriana.

Sus principales objetivos quedaron plasmados en el orden del día establecido en la Conferencia, los que comprendían, entre otros, la contribución de la clase obrera al esfuerzo de la guerra, los problemas de la reconstrucción al término del conflicto bélico, comprendidos la reconstrucción del movimiento sindical internacional; la creación de una nueva central obrera mundial, y el restablecimiento y preservación de la paz.

Del 25 de septiembre al 8 de octubre de 1945, después de la gran victoria aliada sobre el eje Roma-Berlín-Tokio, se iniciaron los trabajos previos a la preparación de la Segunda Conferencia Obrera Sindical, que dio paso al congreso constituyente de la Federación Sindical Mundial.

La nueva organización democrática y clasista internacional inscribiría entre sus  principios y objetivos básicos la lucha por la erradicación del flagelo de las guerras, por los derechos y demandas fundamentales de los trabajadores y sus sindicatos; incluidos el derecho al trabajo y a salarios adecuados, a mejores condiciones de vida, a la seguridad social y la abolición de cualquier tipo de discriminación basado en  razas, étnias, color de la piel, sexo, creencias religiosas o regímenes sociales.

Recogiendo el sentir del proletariado mundial, la FSM ha mantenido incólumes las banderas de la lucha antimperialista; contra el colonialismo, el neocolonialismo, el armamentismo, el racismo, el apartheid y de rechazo a las políticas del Gobierno de Estados Unidos, la OTAN, de Israel y sus aliados, así como las constantes denuncias y condenas a la barbarie del sistema capitalista, y a la globalización neoliberal.

Centro de sus postulados fue el de lograr la unidad de todo el movimiento sindical internacional, que no lograría concretarse por las posiciones asumidas por las centrales obreras norteamericanas (AFL-CIO) y británicas (TUC) vinculadas al sistema capitalista y renuentes desde un  principio a la colaboración de clases con los sindicatos soviéticos.

División que se ha mantenido hasta el presente a pesar de la ingente labor unitaria desarrollada por la FSM a todo lo largo de su historia, no obstante los años de la denominada Guerra Fría, el derrumbe de los países socialista de Europa del Este, los actuales conflictos bélicos y las crisis económicas y financieras neoliberales, que tan enormes sacrificios han significado para las masas trabajadoras y desposeídas del mundo.

A esta desunión ha contribuido el nefasto papel desempeñado por los dirigentes de la AFL-CIO, por sus vínculos estructurales con el imperialismo norteamericano, su política de colaboración con el gran capital, su apoyo a todas las grandes guerras imperialistas de

EE. UU, como las de Corea, Vietnam, Afganistán, Yugoslavia e Irak y las numerosas intervenciones estadounidenses en América Latina.

En sus 70 años de existencia y aun ante severas dificultades y adversas coyunturas internacionales, la FSM no ha claudicado de ninguno de sus objetivos y ha mantenido una política de constante reafirmación y renovación, materializada en cada uno de los 16 Congresos celebrados hasta el presente, dos de ellos el X y el XV celebrados en Cuba.

Del 6 al 10 de abril del año 2011, la FSM celebró en Atenas, Grecia su también renovador XVI Congreso, con el irrenunciable compromiso de luchar en las calles por los genuinos derechos de los trabajadores y sus organizaciones, teniendo como brújula la unidad del movimiento sindical internacional y la voluntad de mantener en alto la lucha de clases en contra de la expoliación capitalista.

La gran cita sindical reafirmó, una vez más, su carácter democrático y clasista, unido a los principios que la distinguen en el noble ejercicio del internacionalismo proletario con todas las justas causa de los trabajadores y los pueblos de las diversas regiones del mundo.

Vigorosa y vigente podrá celebrar con orgullo su 70 Aniversario.

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