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Fisuras en la mano derecha

Sostengo la misma opinión que la del trabajo titulado Mucho por “repellar”, publicado hace más de dos años en la sección Sin pausa, de este órgano, porque aún tiene iguales “dolores” la mano derecha (el control interno) de la economía, en algunos sectores de la producción y los servicios de la provincia de Ciego de Ávila.

Aquella reflexión enfatizaba sobre subsidios y créditos bancarios fuera de término en el proceso de otorgamiento dé fondos a personas naturales para construir o reparar sus casas. Un acto de subjetivismo desde la arrancada de ese programa de gran impacto social, a pesar de la relevancia de la medida aprobada por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.

Transcurridas otras dos comprobaciones nacionales al sistema de control interno, justamente después de su IX edición, reafirmó que el mejoramiento de las viviendas por esfuerzo propio no comienza a pie de obra. La tarea arrastra aún una cadena más grande que las estibas en las tiendas para materiales de la construcción (Multimat), pertenecientes al Ministerio de Comercio Interior.

Uno de los “eslabones” rotos es la tramitación. Las auditorías recientes detectaron expedientes aprobados con atraso para subsidios de materiales de la construcción a personas de bajos ingresos, modelos oficiales carentes de datos, deficiente conciliación, afectaciones al presupuesto… los mismos hallazgos de verificaciones precedentes principalmente en instituciones del municipio de Ciego de Ávila.

“Grietas” no solo en el control

Es cierto que alentadores resultados obtuvo en el 2014 la economía en el territorio avileño, y las comprobaciones rectoreadas por la Contraloría Provincial a finales de ese año no detectaron indicios de hechos delictivos ni de corrupción.

Sin embargo, sí se hallaron “grietas” en el control interno y no solo en la cooperativa no agropecuaria Instituto de Belleza La Elegancia, los dos combinados lácteos de la provincia y la Empresa Municipal de Comercio Minorista de Ciego de Ávila, las cuales fueron calificadas de deficiente.

Estas entidades abarcaron mayoritariamente la muestra de los programas auditados, debido a su repercusión en la calidad de vida de la población. Por eso, Trabajadores salió de recorrido por la misma ruta donde la Contraloría encontró fisuras en algunas de las 170 unidades comerciales de la capital avileña y poblados periféricos.

En la tienda Multimat La Trocha, la dependienta Yordanka Cervantes Rodríguez hace gestiones. “La necesito, pero no puedo comprarla; está muy cara”, le responde una cliente. “He movido por los estantes estas tes de 50 milímetros, ¡y qué va!, no resultan atractivas, valen 100 pesos, quedan todavía 130 y muchas están aquí desde la inauguración de la unidad hace cinco años”, subraya Yordanka.

Idalmis Laurencio Rojas, administradora, explica que los productos de lento movimiento acumulan un saldo superior a los 24 mil pesos, aparte de los renglones declarados ociosos. Aunque, si no fuera por ellos, casi sería total el desabastecimiento.

Ni rastro hay del más codiciado producto. Afirma Idalmis que desde octubre pasado no reciben cemento, porque la puerta del almacén es intocable por su deterioro. Allí las esperanzas son más grises que la sustancia polvorienta, si se tiene en cuenta que la empresa ha recibido hasta la fecha el 11 % del producto en bolsas y el 35 % a granel, porque a esta altura del año todavía se están perfilando contratos y otros menesteres.

En el establecimiento El Fortín la situación es menos dramática. Pero también se tropieza con la misma “piedra”: abundan las insatisfacciones, pues resulta inestable la entrada de materiales, según Carlos Cervantes Benítez, jefe de patio.

Al grano del tema en cuestión, Aliannis Méndez, auxiliar económica, y Milagros Núñez, dependienta, mencionan 39 renglones “perezosos” en la venta y ponen de ejemplo las láminas de acero para chapistería, las losas de granito, las tazas sanitarias de descargue a la pared, las llaves para agua, los tubos plásticos…

La Contraloría confirma en su informe que tales disyuntivas no son nuevas: “Hay inventarios de lento movimiento en las tiendas El Fortín y La Trocha, situación pendiente de solución desde la VII comprobación nacional al control interno en el año 2012”.

En otro párrafo recalca que la Empresa Mayorista de Productos Universales tiene un saldo de 339 mil 600 pesos correspondiente a recursos de baja demanda. Y recomienda: “Que sea revisado por los ministerios de Comercio Interior y de Finanzas y Precios lo relacionado con los materiales de la construcción que permanecen en el mercado minorista con precios poco accesibles a la población y carentes de calidad, no cumpliéndose así lo planteado en los Lineamientos 69 y 70 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”.

¿A capela?

Idalmis Maceda Calzada, directora de la Empresa Municipal de Comercio Minorista de Ciego de Ávila, reconoce que los errores en la confección de los contratos por compraventa de materiales de la construcción, y la no inclusión de la comercialización de esos surtidos en el plan de prevención de riesgos, figuran entre los causas por las que la entidad resultó deficiente.

“Estamos chequeando de forma periódica el cumplimiento de un plan de medidas”, declara la dirigente y argumenta: “En cuanto a la afectación por pérdida de calidad en el proceso de manipulación, principalmente del bloque de hormigón, existe la disyuntiva de tener aprobado un índice de merma que se aplica a la totalidad de los productos y no a cada uno de ellos según sus especificidades, por lo que considero debe revisarse la norma ramal número 14 del MINCIN”.

De acuerdo con Yoel Hernández León, subdirector comercial, el 80 % de las mercancías en el comercio minorista no son las que realmente demanda la población y son las que más tienen los suministradores. “La competencia –afirma– es fuerte con los trabajadores no estatales que venden a menor precio artículos de primera necesidad”.

“¿Usted cree periodista que a capela puede lograrse un óptimo control interno? ¿Cómo es posible que una empresa que aporta más de 100 millones de pesos al presupuesto del Estado no tenga hoy un medio de transporte ni un equipo para que la cajera cuente casi todos los días 1 millón de pesos, por concepto de ingresos de nuestras unidades?”, pregunta Adalberto Delgado Cano, dirigente sindical.

“También las pésimas condiciones de trabajo constituyen una preocupación constante en las asambleas de afilados; no obstante, reforzaremos la acciones del control interno y seguiremos materializando nuestros compromisos; el año pasado alcanzamos más de 21 millones de pesos de utilidades…”

La experiencia de esta “expedición periodística” tiene clara la idea de que la autocomplacencia por el cumplimiento de los planes, deja brechas abiertas donde no se aplica la guía de autocontrol.

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