A Leonardo Rodríguez Zequeira, del municipio de Corralillo, en Villa Clara, le sucedió algo que para cualquier cubano sería una verdadera pesadilla. Por un súbito bajón en el voltaje se rompió su refrigerador, en la madrugada del 25 de diciembre del 2014.
Aunque los representantes de la empresa eléctrica en la localidad eran conscientes de que la máquina del equipo se quemó por el incidente, declararon que la queja no procedía por ser un caso aislado y para ser efectiva debía haber más aparatos dañados.
Cuando Leonardo pasó la reclamación a la provincia tampoco le dieron la razón, porque nadie en su zona de residencia se comunicó con el 108 en el momento que bajó el voltaje. Pero argumenta que desde otros lugares sí reportaron y quedó claro que el suceso afectó a todo el poblado en ese horario.
El remitente alega que nunca había sido víctima de un fallo eléctrico y desconocía el procedimiento a seguir. Además, salir corriendo a las 4:30 de la mañana a buscar un teléfono que funcione es otro problema, dice.
Otro cuartico se alquila
Poco menos de un mes después, pero en otro punto de la geografía cubana, le ocurrió una situación similar a la santiaguera Maritza Martínez Samón.
Esta vez el imprescindible equipo fue dañado por el alto voltaje en el poste ubicado frente a su domicilio, sito en Trocha 108, entre las calles 8 y 10. Luego de los trámites pertinentes, y sin más explicación, le dijeron que el caso no procedía.
Narra la lectora que los cables del poste produjeron un corto circuito y la corriente tuvo intermitencias en diferentes partes de la casa. Los breakers se dispararon y al activarlos no había iluminación, por lo que llamaron al 108.
“Cuando regresó el fluido eléctrico decidimos conectar solo las lámparas, para esperar a los compañeros de la empresa eléctrica, quienes luego de arreglar la avería nos pidieron que enchufáramos todo, con el objetivo de determinar posibles daños, y constatamos que el refrigerador no funcionaba”, explica.
Los inspectores reportaron el problema y horas más tarde Maritza recibió una llamada de la entidad solicitándole que lo probara de nuevo. Lógicamente, este no dio señales de vida y así lo hizo saber.
Al otro día volvió a comunicarse con el 108 teniendo como base lo sucedido y lo escuchado al grupo de guardia, el cual comunicó por la planta que había ocurrido un alto voltaje debido a los equipos eléctricos, suponemos que de audio, conectados en el poste desde una tarima ubicada en la escuela cercana.
Al igual que Leonardo, Maritza espera una respuesta positiva. Lamentablemente este tema se repite en cartas de nuestros lectores y además de la adecuada valoración de los casos expuestos, sería bien recibida una información de cómo proceder ante tales situaciones y qué garantías da la empresa eléctrica a sus clientes.