Por: Reno Massola
Nacer rodeado de vegas de tabaco fue para Javier un privilegio del que quizás no estaba muy consciente. Él y su hermano Juan crecieron en la llanura del sur de Pinar del Río, en un pueblo que ha perdido su apellido, pero que ha ganado celebridad por la calidad del tabaco que allí se cultiva: San Luis.
Desde el 2002, son usufructuarios de las tierras que en el pasado cultivaron sus abuelos como partidarios del propietario de entonces. Los tiempos cambiaron, pero el conocimiento adquirido y heredado de generación en generación se mantuvo firme.
“Eso no se puede escribir, tienes que aprenderlo al pie del surco, cosecha tras cosecha, escuchando a los más viejos” comenta Estelo, el tío de los hermanos, que hoy les acompaña en el empeño de lograr el mejor tabaco de todo San Luis, que es en definitiva, el mejor tabaco del mundo.