Eduardo Heras León (La Habana, 1940) se sabe parte de “la generación de la lealtad a los principios y los ideales”, según afirmó este domingo al agradecer el Premio Nacional de Literatura 2014, un galardón que recibe —reza el acta del jurado— “por la calidad y trascendencia de la obra cuentística, así como por su contribución a la formación de jóvenes narradores en la dirección y docencia del Centro Onelio Jorge Cardoso”.
La sala Nicolás Guillén de la fortaleza de San Carlos de la Cabaña resultó pequeña para acoger a los amigos, alumnos y lectores del escritor, en una ceremonia que contó con la presencia del primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz Canel Bermúdez.
Estaban también Abel Prieto, asesor del presidente cubano; Miguel Barnet, presidente de la Uneac; Julián González, ministro de Cultura; y Zuleica Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro. Entre los asistentes, el público aplaudió a Antonio Guerrero, uno de los Cinco Héroes.
En su discurso de aceptación del Premio, Heras León lo consideró un sueño compartido. En palabras de marcada vocación autobiográfica, afirmó que muchos de los escritores de su generación se lanzaron al torbellino revolucionario, en un ejercicio con no pocas dificultades, pero con claros compromisos.
La escritora Dazra Novak, egresada del Centro Onelio Jorge Cardoso, reconoció el inmenso aporte de Heras León al panorama literario nacional. Para atestiguarlo, decenas de estudiantes de esa institución —alguno de ellos reconocidos escritores del momento— hicieron acto de presencia, emocionados por el reconocimiento al maestro.