Ortega, quien realizó una liturgia en la basílica de San Juan de Letrán, afirmó que el orbe vive en una terrible crisis internacional y expresó su esperanza en que el mensaje de deshielo entre Washington y La Habana contagie al mundo entero.
«El muro de desconfianza que separaba a Estados Unidos y Cuba parecía indestructible. La historia se mantenía parada. Pero nada es imposible», comentó en su intervención ante los fieles.
Gracias al concurso del papa Francisco, el 17 de diciembre pasado se produjo «el fin de un tiempo que parecía nunca acabaría», declaró, en alusión a las gestiones del Sumo Pontífice para el reinicio de los contactos Cuba-Estados Unidos.
La paciencia, el diálogo y la perseverancia llevó a un tiempo nuevo para ambos países, a un tiempo de encuentro y diálogo consideró Ortega.
El diálogo es el portador del bien para todos. Mi corazón está lleno de una gran esperanza para el futuro del pueblo cubano y estoy feliz de compartir esta alegría, acotó.
Cuba advirtió que pese a recientes anuncios de medidas para facilitar viajes a ese país de estadounidenses y de permisos para exportaciones, la Casa Blanca mantiene intacto el conjunto de regulaciones del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos hace más medio siglo.
(Tomada de Prensa Latina)