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Cuba sigue apostando por las tarjetas postales de regalo

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Con la presentación oficial de la campaña “Amor, alegría de la vida”, Correos de Cuba revalida su apuesta por la práctica de regalar tarjetas postales firmadas de puño y letra en ocasiones especiales cada año.

Ante la avalancha de facilidades digitales para enviar saludos y felicitaciones (y también porque en Cuba la penetración de internet es todavía escasa) el grupo estatal garantiza volúmenes de impresos en cantidades bien definidas de acuerdo a la demanda histórica. Por ejemplo, para la campaña por el Día del Amor y la Amistad, este 14 de febrero, fueron puestas en circulación casi medio millón de tarjetas, con 10 vistas diferentes.

“Los tarjetas incluyen alegorías y gestos que reflejan complicidad y afecto entre dos personas”, explicó en conferencia de prensa el director comercial de la entidad, Mariano Flores López, quien a la pregunta sobre la atención a la diversidad sexual en el diseño respondió insistente: “Son para dos personas”.

Otros 9 millones y medio de tarjetas postales serán puestas en circulación en 2015 en Cuba con motivo del Día Internacional de la Mujer (el 8 de marzo), el Día de las Madres (segundo domingo de Mayo) y el Día de los Padres (tercer domingo de junio).

Los cubanos adquieren entre el 95 y el 96% de los mensajes sacados a la venta en esas oportunidades, a un precio estable desde hace años de un peso Moneda Nacional (menos de cinco centavos de dólar estadounidense).

“Para la campaña por el Día de las Madres deben salir unas 250 mil postales “troqueladas”, con otro formato y tamaño y a precios ”, reveló Flores López, al anunciar acuerdos con Durero Caribe, S.A., única imprenta capaz de producir en el archipiélago tipos diferentes de postales con alta calidad.  “Mantendremos 8 millones de postales de un peso, pero avaluaremos el impacto de las nuevas ofertas”, aclaró.

Con la misma entidad impresora Correos de Cuba negocia la producción de otras “postales de ocasión”, que puedan comercializarse en las oficinas comerciales y puntos de venta de Correo en todo el país, a precios diferentes y con motivos distintos a los habituales.

En el cuidado del diseño seguirá la clave, pues aunque el directivo asegure mucha aceptación de lo pensado, reconoció que es muy difícil acertar con todos los gustos. “El kitsch está presente; pero porque gusta y se vende”, argumentó en otro momento.

Las tarjetas de cada campaña incluyen el franqueo pagado dentro del territorio nacional cubano, y pueden ser enviadas a cualquiera de los otros 191 países que junto a la mayor de las Antillas integran la Unión Internacional Postal.  Además fueron diseñadas como obras coleccionables para los filatelistas, anunció el empresario.

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