San Juan.- La tarde del viernes volvió a ser de salsa y amistad. El caballero de la salsa, Gilberto Santa Rosa, acudió a saludar a la selección Vegueros de Pinar con la misma sencillez y naturalidad que hace poco más de cuatro años. En esta ocasión se animó más y hasta confesó que jugó segunda base, en tanto recordó a Polo Montañez, Juan Formel, Celina González y volvió a ratificar su deseo de cantar en Cuba.
En apenas media hora, el hotel donde se aloja nuestra delegación vivió un gesto inolvidable, que terminó con una improvisación dedicada al pueblo cubano. Antes, había afirmado, parodiando una de sus canciones bandera, “Ya perdoné a Cuba”, en alusión a la derrota que sufrieron los Cangrejeros de Santurce con la escuadra pinareña.
¿Jugó alguna vez béisbol el caballero de la salsa?
“Fui un mal segunda base, pero me divertía cantidad. Era el deporte que me gustaba, y digo gustaba porque ya no lo sigo como antes. Me encantaba la pelota de aquí, de Puerto Rico, porque muchos de los peloteros nuestros fueron a jugar a Grandes Ligas por mucho tiempo. La seguía y traté de ser pelotero. Tenía un ídolo, Tany Pérez (al que conocí) y me salí también de la pelota por eso, para no deshonrarle el nombre”. (risas)
“Era un muchacho muy chiquito para la segunda base. Lo mejor que tuvo todo es que me di cuenta a tiempo que era mejor como cantante que pelotero. La música siempre pudo más”.
La conversación rápidamente toma el rumbo de su conexión con Cuba y el recuerdo de septiembre del 2010, cuando mostró sus deseos de cantar algún día en nuestra tierra. ¿Qué tan cerca está hoy esa idea?
“Bueno, hay cosas que se están componiendo y todo lo que nos una, no solo a Cuba y Puerto Rico, sino al mundo entero, es para bien. Hay que organizar algunas cosas, pero estamos más cerca de cumplir eso que hace cuatro años. Le agradezco a todos los artistas cubanos y al público cubano en general que he encontrado a través de mis viajes, pues siempre me han tributado un cariño muy bonito”.
Muchos le recordaron que en ese primer encuentro cantó para el conjunto cubano Un montón de estrellas, de Polo Montañez. Y la referencia al Guajiro Natural afloró en sus palabras con emoción y admiración.
“En la casa de Polo donde la gente visita hay una foto mía, lo que es un gran honor. Nunca tuve la oportunidad de conocerlo, pero si conocí su música y me comuniqué luego con su hijo a través de correo. Lamentablemente lo perdimos cuando iba a pasar todo lo grande con él como artista, pero me identifiqué con su música y saben que he grabado mucha música cubana, de diferentes tiempos y autores. Esto ha sido el puente de una amistad tan bonita que nos une, porque yo de pelotero no tengo nada”.
Hubo también tiempo para recordar a otro grande, Juan Formell, con quien Gilberto Santa Rosa compartió dentro y fuera de los escenarios. “Tuve con él muy buenas relaciones. La familia musical latinoamericana y caribeña es extraordinaria. A veces no nos conocemos en lo personal, pero cuando llega ese momento es como si nos hubiésemos conocido toda la vida, por el fenómeno de la música. Juan Formel es un hombre que se respeta y recuerda. Siempre fue un caballero conmigo y tuve la oportunidad alguna vez de hacer una versión de su música. Mi respeto para él y para el grupo Van Van. Y que sea el maestro Formel la inspiración para que sigan eternamente”.
Como si no quisiera pasar la oportunidad, el reconocido salsero mostró acto seguido su pésame por la muerte de Celina González, “que fue otra de esas grandes cantantes que admiramos y quisimos muchísimo”.
¿A qué obedece esta deferencia con el equipo cubano?, preguntaron con insistencia a uno de los íconos de la música latinoamericana. Se acomodó su saco y volvió a delatarlo su sonrisa. “La música que hago nació allí. Tengo amplio respeto por todos los artistas cubanos, por la historia de la música cubana desde que empezó hasta ahora. Ustedes son de la misma “vaina” que nosotros, solo un charco nos divide. “Además, ante la invitación que me hacen siempre acudiré, porque me honra. Cualquier hermano de otra tierra que tenga el interés de querer compartir conmigo en la mía, ahí estaré. Espero que lo estén tratando como se merece. Y aunque nos ganaron en la Serie del Caribe, ya yo perdoné a Cuba”.
El artista posó para fotos con todo el equipo cubano y hasta con el personal del hotel que no podía creer que una figura de esa talla hubiera dedicado unos minutos a este gesto. Tras reconocer que “Conciencia”, de Omar Alfano, y “Perdóname”, de Jorge Luis Piloto son sus canciones bandera, aceptó sumarle también “Mi querendona”, con la cual le pasaron muy buenas cosas.
Su presencia en el juego Puerto Rico-Dominicana, que cierra la etapa clasificatoria de la Serie del Caribe, también mereció su reflexión. “Voy a cantar el himno nacional de Puerto Rico. Voy con el corazón puertorriqueño lleno de patriotismo para un partido que siempre se espera aquí, por la rivalidad amistosa existente. Estaré cumpliendo con la Patria y dándoles la bienvenida a otros hermanos que conmigo han sido increíbles como los dominicanos”.
La despedida le exigió algo difícil para algunos, pero divino para quien tiene el don de la improvisación y el ritmo en el corazón. Llegó la clave a las manos y cantó: “Bienvenido a Puerto Rico/ querido hermano cubano/ de esta manera le damos/ bienvenida y le dedico/ este verso tan bonito/ que ustedes no tengan duda/ que Puerto Rico recibe/ con mucho cariño a Cuba”.
Y la tarde del viernes fue especial e inolvidable para todos.