Uno de los primero asuntos por resolver es el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas en la capital de ambos países. Con ese fin se encuentra en la isla Roberta Jacobson, jefa de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Departamento de Estado del Gobierno Federal de los Estados Unidos, quien además guía las operaciones diplomáticas en la región y asesora para estos temas al Secretario de Estado y al subsecretario de Asuntos Políticos.
La delegación cubana a este encuentro estará presidida por Josefina Vidal, directora general de Estados Unidos de la cancillería cubana quien durante sus declaraciones del miércoles, luego de concluida la 28 ronda de conversaciones sobre temas migratorios presidida por ella, ratificó el interés de mantener el diálogo respetuoso y constructivo sostenido desde que el pasado 17 de diciembre.
Las autoridades de la Isla han declarado su voluntad para hablar sobre todos los temas que interesen: “Como hemos repetido, debemos aprender el arte de convivir, de forma civilizada, con nuestras diferencias”, dijo el presidente cubano Raúl Castro Ruz en su alocución del pasado 17D.
Como ámbito legal para estos vínculos los cubanos remiten a la Convención de Viena y a la Carta de las Naciones Unidas, que tiene entre sus propósitos “Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otros medidas adecuadas para fortalecer la paz universal”.
La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961, en vigor desde el 24 de abril de 1964, establece el compromiso de los Estados firmantes de otorgar inmunidad y ciertos privilegios a los funcionarios diplomáticos, “no en beneficio de las personas, sino con el fin de garantizar el desempeño eficaz de las funciones de las misiones diplomáticas en calidad de representantes de los Estados”.
Esta es unos de los asuntos de mayor polémica pues Cuba ha denunciado reiteradamente la labor subversiva desplegada por los funcionarios de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba.