Hacía varios días que Emeria y Ladismaris pernoctaban en la sala de Onco-hematología del hospital pediátrico Mártires de Las Tunas. Ambas seguían expectantes la evolución de la enfermedad de sus hijos, Amalia y Rolando, cuando la comitiva interrumpió sus meditaciones.
Pese a la dolencia, los dos muchachos y las madres disfrutaban de la televisión y miraron sorprendidos a sus interlocutores, quienes, sin apariencias de doctores, preguntaban por el estado de salud, el trato recibido, la calidad del servicio, el confort del cubículo…
Entonces, llegó la presentación: “Ustedes reciben la visita de los trabajadores más destacados en el aporte de divisa a los programas nacionales de Salud Materno Infantil y de lucha contra el cáncer”, les dijo Leobanys Ávila Góngora, miembro del Secretariado Provincial de la CTC, y sus palabras tuvieron un efecto casi mágico.
Atrás quedaron los signos evidentes del agotamiento que provoca la vigilia y el diálogo fluyó como si conversaran en familia. Los cuatro agradecieron la visita, unos con palabras, otros con gestos, pero igual, todos salieron satisfechos.
Los primeros tuvieron la posibilidad de conocer en carne y hueso a esas personas humildes, solidarias que contribuyen al bienestar del prójimo con aportes de parte de la divisa que reciben como estimulación salarial o como propinas en el desempeño de su labor en centros de producción o servicios.
Después de cuatro lustros
El movimiento surgió en el año 1993 cuando, por decisión propia y fraternal, el colectivo de trabajadores del hotel Paradiso Puntarena, de Varadero en la provincia de Matanzas, hizo la primera donación de divisas en apoyo a esos programas priorizados del Ministerio de Salud Pública en Cuba.
Leobanys asegura que en estos más de 20 años, ha crecido de forma sostenida la cifra de afiliados adheridos a estainiciativa en todo el país, cuyos aportes en ese lapso superan los 14 millones de CUC (pesos convertibles cubanos).
Agregó que las contribuciones monetarias complementan las millonarias partidas presupuestarias que el Estado cubano destina, cada año, a la prestación gratuita de los servicios médicos y hospitalarios, con atenciones especializadas a los programas ya mencionados.
“Ese dinero, enfatizó el dirigente sindical, se ha utilizado para la compra de sueros citostáticos y radioisótopos –medicamentos costosos e imprescindibles en el tratamientos de diferentes tipos de cáncer-, y también de incubadoras y ventiladores neonatales”.
Explicó que es práctica, además, destinar las aportaciones al mejoramiento de las condiciones de salas, donde atienden a los enfermos y a los recién nacidos, y que son variadas las modalidades incorporadas a esta práctica, las cuales incluyen visitas de colectivos laborales a centros hospitalarios a los que entregan ventiladores, medios de enseñanza, juguetes…
Encomió cómo trabajadores del sector no estatal se suman a este gesto de altruismo, que contribuye también a paliar los efectos negativos del bloqueo económico al sector de la Salud Pública.
Retorno a Las Tunas
En los últimos cinco años, los trabajadores tuneros han aportado más de 856 mil 600 CUC, y el año pasado el cómputo superó los 14 mil, cuyo impacto reconocen profesionales de Salud, pacientes y familiares, quienes consensualmente califican este gesto como parte esencial de los tratamientos caracterizados por el amor, la solidaridad y el humanismo.
Aquí se reconocieron los centros, sindicatos y trabajadores con trayectoria más sobresaliente, cuyos representantes recorrieron, en estimulante jornada, entidades de la Empresa Azucarera, el Turismo y Comercio, sectores vanguardias en las contribuciones.
Pero, los momentos más emotivos estuvieron en los encuentros sostenidos con el Héroe del Trabajo de la República de Cuba José Bienvenido Mantilla –ahora convaleciente-, quien los exhortó a seguir contribuyendo; y, los intercambios realizados en los hospitales general docente Ernesto Guevara y pediátrico Mártires de Las Tunas, beneficiarios de las entregas.
En las dos instituciones médicas los homenajeados constataron de primera mano el empleo de las finanzas que donan y tuvieron información detallada de cuanto se hace en estas por la vida y el bienestar de los enfermos y de los niños que ven por primera vez la luz.
Estuvieron en la sala de cuidados intensivos perinatales, del Guevara, que acoge a pacientes con riesgos antes y después del parto, bajo la pupila insomnede un médico y tres enfermeras que permanecen 24 horas en vigilancia constante.
Y en el área de servicios de neonatología, la doctora Níyima Corps Agüero, les explicó parte del proceso inversionista ejecutado, y sentenció: “Están en una de las más destacadas salas del país en la supervivencia de niños nacidos bajo peso o pretérmino. Aquí realizamos 4 mil 593 partos, de los 6 mil 357 registrados en la provincia, y la tasa de mortalidad infantil del año pasado fue de 3,8 por cada mil nacidos vivos”.
En el hospital infantil, la doctora OsladyCaballol, subdirectora de Asistencia Médica, les informó que la unidad quirúrgica tuvo un año (2014) de mucho trabajo y de muchas satisfacciones, pues en ese período no reportaron fallecimientos.
Ya en la despedida les recordó: “El bloqueo obliga a estrategias muy diversas para obtener los medicamentos necesarios para combatir el cáncer en estas edades, y su aporte contribuye en las soluciones”.
La satisfacción
Carlos Manuel Pérez Guillot, trabajador de Acinox-Las Tunas; y, Oscar Rosales, arrendador privado de habitaciones, ambos destacados en estas contribuciones, calificaron de aleccionadora esta jornada. “Cuando se unifique la moneda, seguiré aportando”, dijo visiblemente emocionado Carlos.
