El principal canal de la Televisión Cubana no acaba de encontrar la fórmula ideal para la franja más estelar de la semana: sábados en la noche.
Los habaneros, los que viven en las ciudades más grandes, quizás tengan más opciones culturales para el fin de semana, pero buena parte de los cubanos todavía tienen en la televisión la principal elección de entretenimiento.
Bastante discutible es la decisión de transmitir la telenovela cubana los sábados, pero admitamos que al menos logra complacer a un sector importante de la audiencia.
Pero, ¿alguien cree que Espacio compartido o un concierto circunstancial son ofertas de excelencia? Antes de las películas la gente lo que necesita es una gran fiesta, un auténtico espectáculo.
En buena lid, después del Noticiero, Cubavisión debería transmitir el más brillante, el más popular de los musicales. Ya lo hizo alguna vez. La gente todavía recuerda Sabadazo, el show de fin de semana que sin grandes alardes de recursos divirtió a millones de cubanos.
La fórmula parecía sencilla, pero a juzgar por los programas que le sucedieron —que intentaron copiarla— no era tan fácil llevarla a cabo. Desde entonces no ha habido un solo programa que emulara con Sabadazo. Algunos lograron distinguirse un poco, otros fueron auténticos fracasos.
Después se optó por conciertos en vivo, pero evidentemente no fue posible garantizar una propuesta constante.
No hay que tenerle miedo a determinados formatos, cuya eficacia está más que demostrada. A esa hora, ¿por qué no?, pudiera transmitirse un concurso en busca de revelaciones.
Muchos canales del mundo lo hacen. Y no es un secreto para nadie, miles de cubanos consumen esos programas en el tan mentado paquete.
La cuestión es hacerlo con buen gusto, con inteligencia, con vuelo en la factura, con una clara vocación cultural. Pero sin olvidar algo que lamentablemente no siempre se tiene en cuenta: el sentido del espectáculo.
El público (es algo suficientemente estudiado por los comunicólogos) siempre distinguirá una propuesta local.
Hay que convocar a los creadores, hay que ubicar los recursos necesarios en la mayor medida posible. La teleaudiencia merece una mejor noche de sábado. No solo la merece, la necesita.
