La temporada cubana de béisbol se detendrá por tercera y última vez esta semana con pocos cambios en la tabla de posiciones respecto a los punteros, pero con una expectativa tremenda sobre qué refuerzos tomará el director Alfonso Urquiola para la asistencia de Pinar del Río a la Serie del Caribe en San Juan, Puerto Rico, del 2 al 8 de febrero.
Muchos rumores saltan por estos días sobre la conformación de esa selección vueltabajera, la que tiene dos misiones fundamentales: hacer un mejor papel que Villa Clara en el regreso de Cuba al torneo el pasado año y luchar por la victoria. ¿Es pretencioso? Claro que sí, pero ¿acaso nuestro béisbol y cualquier conjunto que va a una lid como esta puede aspirar a menos?
Hay que aclarar una vez más que el reglamento de la justa permite reforzar, remplazar o sustituir los 28 jugadores de la nómina del campeón si es preciso, con el único requisito de haber jugado en la liga nacional o invernal, tal y como se conocen los campeonatos de México, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela.
Poco a poco debemos desterrar la idea de que la Serie del Caribe es un “viaje de estímulo” al conjunto monarca y mucho menos cuando nuestro béisbol tiene carencias visibles, y encontrar jugadores de cambio y hasta titulares con el oficio y la profesionalidad que exige un torneo como este, resulta a veces más difícil que lo pensado.
Sin embargo, sostengo que en el caso de los campeones de la 53 edición, al menos 13-14 peloteros tienen calidad y deben formar parte de esa selección a suelo boricua, e incluso algunos de ellos jugar como regulares. Hablo de Yosvany Peraza, William Saavedra, Donal Duarte, Luis Alberto Valdés, David Castillo, Osniel Madera Yosvani Torres, Vladimir Gutiérrez, Erlis Casanova, Vladimir Baños, Giorvis Duvergel, Roel Santos y Vladimir García, estos tres últimos vestidos de verde en la pasada campaña desde la segunda mitad.
Hay que reiterar una idea confusa para muchos aficionados. El resto de las formaciones no tiene el concepto de refuerzo que aplicamos en Cuba, sino el de remplazar o sustituir jugadores que por voluntad propia, contratos en otras ligas o cláusulas de fuerza mayor les impiden participar en esa lid. Es decir, los mentores llaman a otros peloteros profesionales a partir del hueco dejado por uno de sus muchachos, salario y viático mediante, tal y como es la dinámica del béisbol profesional.
En el caso nuestro, sí constituyen un verdadero refuerzo en pos de mejorar ofensiva, pitcheo y defensa. De ahí que ahora no estaría mal sumar par de receptores: Yosvany Alarcón y Frank Camilo o Yolexis La Rosa; varios jugadores de cuadro: Yulieski y Lourdes Gurriel, Luis Yander la O, Alexander Malleta; bateadores de fuerza como Alfredo Despaigne, Alexei Bell, Yadiel Hernández, Frederich Cepeda y algunos lanzadores de notable eficiencia: Norge Luis Ruiz, Freddy Asiel Álvarez, Cionel Pérez, Yoanni Yera, Ismel Jiménez y Miguel Lahera, por solo mencionar los más destacados.
¿Que estamos hablando de peloteros de equipos Cuba? Sí, claro, son los mejores que tenemos y pueden ser más para defender el uniforme de Pinar del Río en un torneo en que cuesta caro improvisar y la falta de oficio, como vimos en Isla Margarita. Hay que dejarse de romanticismo y utopías, no existe hoy un equipo en nuestra Serie Nacional que compita con decencia a ese nivel si no suma figuras.
Este 23 de enero conoceremos la nómina final. Urquiola ha demostrado ser un director ganador, pero realista, por tanto sabrá defender a los suyos sin dejar de llamar a quienes les garanticen una actuación digna en la Serie del Caribe. Y desde ya alertamos que incluso un triunfo no será señal de buena salud, sino de una acertada estrategia, tal y como hacen todas las naciones ante competencias de tanta trascendencia y valor para sus pueblos.
Resultados del domingo: IND-CAV 10-6, MTZ-IJV 12-4, GRA-PRI 6-3, HOL- ART 4-1