Por María de las Nieves Galá y Evelio Tellería
El crecimiento del producto interno bruto (PIB) para el 2015 de un 4,4 % constituye un reto y un importante desafío para los trabajadores cubanos. De ahí que el proceso de información a los trabajadores de las cifras aprobadas para el Plan de la Economía y el Presupuesto constituya una tarea estratégica para el movimiento sindical.
“Sin una participación protagónica de los colectivos de trabajadores en su capacidad de poner a flote las reservas internas que en términos de eficiencia ahí existen no será posible alcanzarlo”, dijo Ulises Guilarte De Nacimiento, secretario general de la CTC.
Por ello la organización obrera ha convocado a un proceso asambleario en todos los colectivos laborales. “Será durante los meses de enero y febrero ─ y no desechamos la posibilidad de que se extienda hasta marzo─, en correspondencia a cómo se comporte el proceso de desagregación del plan hasta el nivel de unidad empresarial de base.
“Este proceso tiene para nosotros un carácter eminentemente político, respaldado en el derecho que nos da la Constitución de la República, que señala que los trabajadores participan en el proceso de dirección de la producción y amparado en lo que recoge al respecto el Código de Trabajo”, alegó el miembro del Comité Central del Partido y del Consejo de Estado.
Ulises, desde hace muchos años, el plan de la economía es informado a los trabajadores en asambleas, ¿por qué en estos momentos se insiste tanto en este asunto?
Porque es vital si queremos llegar al 4 % que se espera en la economía. Justamente el plan se va a caracterizar por potenciar al máximo las reservas internas de eficiencia. Esto solo será posible si en los colectivos se adquiere el compromiso de cada uno de los trabajadores en precisar cómo va a aportar y contribuir de manera directa a la materialización práctica de ese crecimiento planteado.
Contamos, además, con la autonomía que a partir de los Lineamientos se le ha dado a la empresa estatal socialista y le permite descentralizar funciones, y con la reanimación de los sectores fundamentales de la economía que aportan al encadenamiento productivo. Esa será una dirección estratégica para nosotros y requiere de acompañamiento e impulso, no desde la simple convocatoria, sino con un verdadero ejercicio de movilización.
En el escenario económico actual, ¿qué papel desempeñan las facultades de flexibilización y mayor autonomía de la empresa estatal socialista?
Se han reducido sustancialmente los indicadores directivos y límites que conforman el plan de la economía, cuyos resultados condicionan el mejoramiento de los ingresos a los trabajadores; al propio tiempo se han otorgado mayores facultades en el proceso de dirección empresarial, para que en correspondencia con sus potencialidades tecnológicas, los recursos humanos y el espectro del mercado donde actúa pueda desplegar todas sus potencialidades e iniciativas.
Hoy un empresario decide el objeto social, puede comercializar los medios básicos ociosos y aprueba a escala de su empresa las formas y sistemas de pago.
La formalidad es algo que ha permeado este tipo de proceso y las asambleas no siempre tienen la calidad esperada. ¿Qué han hecho para que no sea así en esta ocasión?
Hay que romper el mito de la formalidad, si se produce, la imponen quienes conducen la asamblea; por ello le estamos dando mucha importancia a la preparación de los empleadores para que no se presenten informes de naturaleza tecnocrática, atiborrados de cifras y números que no favorezcan el esclarecimiento y la información de los argumentos que sustentan en términos financieros y materiales cada indicador del plan y el presupuesto.
Es un paso decisivo y a tal efecto los sindicatos nacionales han desarrollado una preparación con cada una de sus organizaciones superiores de dirección empresarial (Osde) o de las empresas en perfeccionamiento para que el análisis se lleve a cabo con todo rigor y propicie que se les informe a los trabajadores de una manera clara, puntualizando qué corresponde hacer en cada lugar y hacia dónde concentrar los resultados que demanda hoy la máxima dirección de la Revolución.
¿Y qué preparación han recibido los dirigentes sindicales?
Hemos diseñado y ejecutado de manera muy coherente un programa de capacitación en diversas modalidades a lo largo y ancho del país y va dirigido a dotar al dirigente sindical de las herramientas elementales que le permitan conocer e interpretar conceptualmente y en términos prácticos los indicadores directivos, si se cumple el encargo estatal, el plan de ventas netas, las exportaciones, las utilidades y el indicador límite de gasto de salario por peso de valor agregado, entre otros elementos.
Del mismo modo se han realizado talleres especializados dirigidos a dominar la estructura de los presupuestos destinados al mejoramiento de las condiciones laborales, seguridad y salud en el trabajo y la conformación de los diferentes sistemas de pago.
¿Qué pueden hacer los afiliados cuando el informe que se presenta no está acorde con las exigencias planteadas?
Sencillamente, una reunión con esas características no se puede efectuar. Los dirigentes sindicales son los primeros que tienen que exigir para que eso no ocurra.
Los afiliados en su desempeño cotidiano tienen el deber de señalar dónde están las reservas e insuficiencias y, a su vez, las administraciones tienen un componente adicional de responsabilidad que está en asegurar las materias primas, insumos, financiamiento y contratación oportuna de los recursos destinados a los diferentes procesos productivos.
¿Qué diferencia existirá en relación con el año anterior?
Este año se aprobó incorporar la distribución de utilidades o pago por la eficiencia económica no solo a las empresas en perfeccionamiento, sino a todas aquellas que cumplan con los indicadores directivos y el indicador límite de gasto de salario por peso de valor agregado. Eso lo tienen que conocer los obreros y es una responsabilidad del movimiento sindical explicarles que sus ingresos dependerán sobre todo de sus aportes y la capacidad de generar las riquezas suficientes, las cuales hoy tienen la posibilidad después de retribuirse en ellos como parte de sus ingresos.
Ese será el principal aporte que puede hacer el movimiento sindical cubano al llamamiento que nos hizo el General de Ejército Raúl Castro Ruz de crecer en la economía, que esta no sea una asignatura pendiente y se convierta en lo cotidiano y sistemático.
¿Cómo la gente puede ganar más?, creando más riquezas, y esa es la dirección principal que en términos de movilización persigue este proceso en el cual vamos a tener, además, la presencia activa de los principales cuadros de los sindicatos nacionales y de la CTC presidiendo esas asambleas.
Ahí está la esencia mínima de este proceso, que lejos de ser formal, es contribuyente, movilizador y político del papel que debe desempeñar el movimiento sindical en la representación de los derechos de los trabajadores.
Como dueños en el proceso de dirección de la producción, lo menos que podemos hacer es tener una activa participación en este momento de la información del plan.
No menos importante resultará el espacio que dediquemos al chequeo de los acuerdos adoptados en las asambleas de representantes sindicales, en el proceso de conformación de las cifras del plan y el presupuesto, efectuado en varios momentos del segundo semestre del año anterior.
En todo el desarrollo de este proceso será vital el aporte en cada colectivo de las secciones de base de las asociaciones de economistas y juristas.
Acerca del autor
Graduada en Licenciatura en Periodismo en la Facultad de Filología, en la Universidad de La Habana en 1984. Edita la separata EconoMía y aborda además temas relacionados con la sociedad. Ha realizado Diplomados y Postgrados en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. En su blog Nieves.cu trata con regularidad asuntos vinculados a la familia y el medio ambiente.
Perdónemme, pero esto más que una entrevista al líder de los sindicatos de un país, parece una entrevista al ministro de economía. Tal vez sea el próximo cargo al que aspira este señor.