En su carta explica que mientras estaba de certificado médico en octubre del 2013 le notificaron la separación definitiva de la entidad por ausencias, a pesar de que nunca había sido objeto de sanción. Días después reclamó al OJL y no es hasta mayo del 2014 que se efectúa la vista. A finales del propio mes le informaron que su reclamación era sin lugar. Entonces Carlos contrató los servicios jurídicos. “Entregué los documentos que obraban en mi poder para la apelación ante el Tribunal Municipal de Santiago de Cuba, dos copias para el OJL y una para mí firmada por su secretario”, señala.
“Pasados más de 20 días me comunica una compañera que a ese órgano de impartición de justicia se le había extraviado uno de los documentos presentados, y por tanto el tribunal no aceptaba mi expediente, ni podría celebrarse la vista”.
Hasta el momento de recibir su carta, a fines del pasado año, ningún miembro del OJL le había dado razones de lo ocurrido y tampoco orientación de lo que debe hacer.
“Me dirijo a ustedes como último recurso, expresa. Estoy desesperado, tengo hijos pequeños. Si no se resuelve esta situación no puedo conseguir trabajo en ningún lugar”.