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¿Se sienten los trabajadores dueños de las riquezas que crean con sus manos? (I)

Empresa de Productos Lácteos de Guantánamo
Empresa de Productos Lácteos de Guantánamo / Imagen referencial

El tema que sometemos a la consideración del lector resulta atrayente y polémico, ya que constituye un aspecto inherente al ser humano el sentirse parte de algún proyecto, que lo tomen en cuenta, porque de lo contrario se desentiende, no se compromete con el logro de los objetivos, generando en muchas ocasiones criterios y consideraciones que en nada ayudan al avance colectivo, tanto de índole social como laboral. Nos concentraremos en el segundo aspecto.

Mucho se ha escrito sobre la necesaria participación de los trabajadores en la gestión de la economía de las entidades donde laboran, preceptos contenidos con un mayor realce en una sociedad como la nuestra en que la ley económica fundamental de nuestro sistema social socialista favorece la satisfacción de las necesidades cada vez más crecientes de la sociedad.

Ello está refrendado legalmente en el artículo 16 de la Constitución de la República de Cuba, donde se identifica el derecho de los trabajadores a participar en la elaboración y ejecución de los programas de producción, así como lo dispuesto por el artículo 18 del Código de Trabajo referido a la participación en las asambleas de afiliados y trabajadores o de sus representantes, a través de la organización sindical en los diferentes escenarios en que actúa.

En las recientes indicaciones metodológicas emitidas por Resolución del MEP para la planificación del año 2015 se les conceden tales derechos cuando se enuncia la participación como un elemento de suma importancia en el proceso de elaboración, ejecución y control del plan, tanto en el orden político como económico.

Para la consecución de estos objetivos se prevén dos momentos: la consulta a los trabajadores en el proceso de conformación de las propuestas de planes por las empresas y demás entidades de base y, posteriormente, una vez emitidas las cifras directivas del plan, la participación va dirigida a que expongan sus consideraciones para contribuir a su cumplimiento.

En el entendido de que ellos y las organizaciones sindicales aporten experiencias, iniciativas y criterios, y propongan las medidas que propicien la elevación de la eficiencia de la entidad e incidan en el aumento de los resultados económicos, de los cuales dependerá su remuneración.

Pero no basta solo con resortes legales para que se perciba por la clase trabajadora la necesidad de la participación del avance económico y sentir que la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción puede tener realmente un reflejo también en el orden individual, de manera que lo nuestro se convierta en lo mío. En ese propósito llevamos mucho tiempo, pero no podemos desconocer que tantos años sometidos a las conocidas restricciones económicas y financieras han favorecido una conciencia más de resistencia que de participación real, lo que en alguna medida ha propiciado y justificado el grado de formalización en que ha caído este vital asunto, eje principal en que descansa la filosofía de nuestra sociedad socialista.

Sin embargo, no todo debe recaer en los problemas objetivos a los que durante tantos años nos hemos enfrentado, sino en los subjetivos que no han permitido un trabajo más diligente con los trabajadores por parte del movimiento sindical, asuntos a los que se les dedicarán importantes espacios en las sesiones del XX Congreso de la CTC y en su comisión económica, cuyo reconocimiento posibilitó la definición del tercer objetivo para lograr la participación de los trabajadores en la gestión económica.

El proceso de consulta sobre los Lineamientos del VI Congreso del Partido derivó en la ruta hacia donde nos conducimos en el campo laboral de forma gradual y paulatina, manifestándose mediante la implementación de normas legales promulgadas en los dos últimos años, que flexibilizan la gestión de las empresas, dotándolas de mayor autonomía; se abre un nuevo escenario para que junto al perfeccionamiento en los mecanismos del trabajo sindical, nos concentremos en el centro de trabajo como nos convocara el General de Ejército Raúl Castro Ruz en el XIX Congreso de la CTC del 2006, conduciendo a los trabajadores a participar de forma consciente en la gestión de la economía de sus entidades de manera más protagónica.

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