Texto y foto: Reno Massola
Después de un largo período de abandono e indecisiones comenzó la demolición de la estructura del que fuera el primer hospital infantil conque contó La Habana. Inaugurado en 1934 en una colina de la céntrica barriada del Vedado, la instalación mantuvo servicios hasta comienzos de la década de los 90 del pasado siglo en la que después de un infructuoso intento de reparación y otras tribulaciones, quedó abandonada. Su arquitectura estilo Art decó, en boga en la época, lo distinguía como uno de los edificios emblemáticos de la ciudad.
Bautizado en 1961 con el nombre de Pedro Borrás Astorga, joven estudiante de medicina, mártir de Playa Girón, el hospital fue referencia en la atención pediátrica en diferentes especialidades al cuál acudían pacientes de la propia capital y el interior, a pesar de la existencia de similares instalaciones en las provincias.
Una empresa de demoliciones ejecuta la tarea no exenta de riesgos dada la altura del edificio y su ubicación en una céntrica urbanización, rodeado además de otras importantes instalaciones hospitalarias que se servirán del parqueo que planean construir en la amplia explanada que quedará finalmente.