Los anfitriones disfrutarán la tercera ocasión en que la fiesta continental llegue a Canadá —antes en Winnipeg´67 y ´99—, así como la oportunidad de acoger otra vez en la provincia de Ontario un certamen multideportivo internacional, lo cual no ocurre desde la disputa de los Juegos del Imperio Británico en 1930.
También, y con absoluta razón, presumen de notables avances organizativos justo cuando el almanaque señala que restan 186 días para la ceremonia de apertura, prevista en el fastuoso Rogers Center (primer estadio con techo retráctil del mundo), uno de los íconos de la urbe. Trasciende, entre otros detalles, que el famoso Circo del Sol tendrá a su cargo buena parte del espectáculo inaugural, incluida la secreta “fórmula” para encender el pebetero.
La mayoría de las 30 sedes a utilizar solo ha requerido acciones de remozamiento y adaptación, en tanto las nuevas infraestructuras ya están concluidas o cercanas a ese momento. Por esa razón, desde fines del pasado año iniciaron los eventos de prueba, ineludibles para evaluar la calidad de los escenarios, la tecnología instalada y el desempeño del personal que laborará durante el megaevento.
El proceso general de acreditación transcurre adecuadamente, así como la selección de los 20 mil voluntarios que atenderán a los participantes. El programa de competencia está casi perfilado y la venta de entradas marcha con éxito desde hace varias semanas, estimulada por precios mínimos fijados en 20 dólares canadienses (DC), bastante asequibles a aficionados locales y turistas.
La participación de patrocinadores, los contratos de televisión y transporte, la generación de empleos, el auge de ciertos negocios y el ambicioso plan de actividades culturales son aspectos que también muestran signos positivos, según la entidad rectora.
Los XVII Juegos Panamericanos cuentan con un presupuesto de 1,4 billones de DC. Tendrán su epicentro en Toronto, pero se extenderán por varias municipalidades (York, Durham, Peel, Halton, Haliburton, Simcoe, Hamilton y Niágara) y ciudades de Ontario.
Con la tranquilidad que se respira en materia organizativa, las miradas se dirigirán cada vez más al plano estrictamente deportivo. Estados Unidos vuelve a ser el candidato principal al primer lugar entre 41 países, en tanto Cuba, Canadá y Brasil sostendrán una memorable pugna en busca del segundo puesto que nuestras delegaciones no pierden desde Cali 1971, salvo cuando se alzaron con el trono en La Habana 1991.
Un total de 415 atletas cubanos ya están clasificados en 20 de las 36 disciplinas convocadas. Los meses venideros serán de intenso y meticuloso alistamiento. Análisis preliminares ubican en poco más de 50 la cifra de títulos requeridos para escoltar a EE.UU.
No será fácil saldar con éxito el reto de Toronto. Algunos entendidos lo describen como “cruzar el Niágara y sus cataratas en bicicleta”. Quizás exageren. Por cierto, esas maravillas naturales se ubican a pocos kilómetros de las sedes y serán de los sitios más visitados.
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