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La «paja» en el bolsillo de los arroceros

El mayor reto para el 2015 radica en que los agricultores cumplan mensualmente los compromisos de entrega de las cantidades contratadas de arroz húmedo para el proceso de secado y molinado, explicó Anielys Llanes, trabajadora del laboratorio.
El mayor reto para el 2015 radica en que los agricultores cumplan mensualmente los compromisos de entrega de las cantidades contratadas de arroz húmedo para el proceso de secado y molinado, explicó Anielys Llanes, trabajadora del laboratorio.

La temporada arrocera del 2015 deberá ser más fructífera para los trabajadores de la unidad empresarial de base Raúl Cervantes, más conocida por el molino de arroz del poblado de Falla, perteneciente al municipio de Chambas, de la provincia de Ciego de Ávila.

Para mediados del venidero año se pronostica concluir allí una inversión por un monto superior a los 7 millones de pesos, de la cual ya están en funcionamiento un molino de tecnología brasileña y un laboratorio dotado de modernos equipos.

Las labores de construcción y montaje están atrasadas, pues debían haber concluido en el presente mes. No obstante, la parte civil de varios objetos de obra están a punto de terminación y en la actualidad se avanza en el completamiento de los componentes de los cuatro silos de reposo con capacidad cada uno para mil toneladas del cereal, y también está en marcha la construcción de un nuevo secadero.

Pero la modernización de la fábrica debe hacerse pensando que el obrero es el principal recurso de todo proceso productivo. Sin embargo, así no se ha “cocinado” el asunto del codiciado grano en el año que termina.

Los industriales arroceros tienen insatisfacciones con las nuevas formas de pago, amparadas por la Resolución 17 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, ya que ellos no devengan salario cuando el molino se paraliza por falta de materia prima.

Este ha sido un problema sin “descascarar” en el 2014 en ese centro laboral, en el cual tampoco se han podido “aventar” las pérdidas económicas que totalizaban 330 mil pesos en noviembre pasado.

Una de las causas es que los gastos son superiores a los ingresos, debido a la no entrada al proceso de secado y molinado de las cantidades suficientes de arroz húmedo proveniente de las unidades agrícolas, motivo por el cual el colectivo industrial ha incumplido los planes mensuales de venta del producto destinado al consumo de la población.

Dos ejemplos: de mil 30 toneladas previstas para octubre, solo fueron entregadas a la fábrica 625; y entre julio y septiembre se dejaron de ingresar al presupuesto casi 2 millones de pesos por déficit de materia prima.

Cuando faltan horas para estrenarse el calendario del 2015 hay optimismo porque el futuro pueda ser mejor para el colectivo de la unidad Raúl Cervantes, donde se espera que, por el nivel de industrialización que va tomando el establecimiento, las afectaciones salariales no vuelvan a ser en el nuevo año como la “paja” en el bolsillo de los arroceros.

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