por Hugo M. Pons*
Las transformaciones de la economía cubana han venido transitando por un proceso gradual que conduce a asegurar el cumplimiento de los Lineamientos aprobados por el VI Congreso y por la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Así, una ojeada al comportamiento de la economía cubana, según se analizaba en reunión reciente del Consejo de Ministros, se convierte en obligación para proyectar el proceder analizado y aprobado en la Asamblea Nacional del Poder Popular.
El año 2014 concluyó con un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de 1,3 %, inferior al 2,2 previsto, influido por dificultades en la industria azucarera y manufacturera, entre otras actividades. Se apunta al 2015 un incremento del PIB de algo superior al 4 %, con lo cual se revierten las moderadas tasas anteriores y la tendencia a la desaceleración de los últimos años, pero que según especialistas, aún dista del que se necesita para garantizar una tendencia estable de desarrollo.
No obstante, los mayores resultados del próximo año estarán en sectores como la industria manufacturera, la construcción, el comercio, la agricultura, la ganadería y la silvicultura, lo cual es básico para propiciar y dinamizar encadenamientos productivos, lo que —se presume— unido al incremento de las inversiones, crecerán en algo más del 22 %, para alcanzar 7 mil 159 millones de pesos. El país invertirá 57,1 % en el sector productivo y 17,7 % en infraestructura.
En otro orden, se planifica gastar en importación de alimentos un 6,2 % más que en el 2014, al alcanzarse la cifra de más de 2 mil millones de dólares en ese rubro, lo que redunda en que las medidas a aplicar en la cadena agroalimentaria, tanto de índole inversionista como organizativas y financieras, se garanticen con un alto grado de efectividad, con vistas a generar ahorros de importación.
Resulta esperanzador que otro rubro que gravita sobre la eficiencia de la economía nacional —por su impacto generalizado en el proceso de desarrollo— los portadores energéticos, cubran según se espera, las necesidades de la economía, sin deteriorar los índices de consumo.
Se prevé un mejor comportamiento en la zafra 2014-2015 con la participación de 52 centrales azucareros, que cuenta con más cantidad de c aña que en la anterior. Es imprescindible mayor eficiencia agroindustrial y disciplina tecnológica, lo que se convierte en más ahorro y eficiencia en la actividad energética.
En relación con la ocupación laboral, se estima concluir el año 2014, con un 2 % superior a lo planificado, en lo fundamental por el aumento del empleo en el sector no estatal. Mientras, el salario medio crecerá en 9,1 %, debido a la aplicación de los aumentos salariales en los sectores de Salud y Deportes, además de en la esfera de la inversión extranjera durante el último trimestre del año.
Según lo proyectado en el plan de la economía nacional para el 2015, la ocupación en el sector estatal deberá disminuir en 2,6 % y en el no estatal se elevará en 7,4 %, marcando una diferencia para ese año, de 4,8 puntos porcentuales. Lo que será congruente con la evolución de las nuevas formas de gestión y su tendencia a crecer en la gastronomía y los servicios.
Muchos son los aspectos y temas que quedan enlazados con el comportamiento de la economía, así como los problemas que han de ser resueltos. Todos, de una manera u otra se vinculan con la necesidad de continuar ordenando, organizando y haciéndolo todo cada vez con más efectividad, como la forma más precisa de la correcta combinación entre eficacia y eficiencia, pero solo si se trabaja bien y se hace en lo que es necesario y trascendente.
*Doctor en Ciencias Económicas