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Al fin ¡VOLVIERON!

Foto: Eddy Martin
Foto: Eddy Martin

 

No sé si es la alegría incontenible, la ansiedad por la espera mientras llegaban noticias y más noticias, las palabras de Raúl, o el pensar en cada uno de ellos, pero mi cabeza estalla y a cada rato las lágrimas pugnan por salir aunque las reprima con la convicción de que el júbilo no se celebra con llanto.

¡Los cinco están en la Patria! Todos juntos a sus familiares, porque ya Raúl dio la noticia. Y mientras escuchaba a nuestro Presidente, pensaba en Mirta, en Adriana, en Elizabeth, en los hijos de estos hijos de nuestro pueblo y en ellos mismos.

Imaginé las lágrimas de Mirta, los besos de Adriana, los abrazos de Elizabeth, el sentimiento desbordado del pueblo y quise dibujar en mi pensamiento, los sentimientos de Gerardo, Ramón y Tony, hombres cuya grandeza ha sido demostrada en su actuar, sus palabras, en su altruismo.

Desde esta mañana, hemos tejido una “telaraña” de avisos telefónicos, mensajes en los chat, en las redes sociales, con los abrazos entre colegas, con las palabras, con las miradas.

No hay forma de describir la alegría, ni siquiera esa de los médicos que están combatiendo el ébola en África Occidental, y están conectados porque ya “somos amigos” y nos envían sus muestras de cariño por estos tres cubanos grandes que tocaron de nuevo el suelo de la Patria.

Uno de estos médicos que está en Sierra Leona me dice: “¿Viste las noticias? !Lo vimos todo: a Raúl por Cubavisión y a Obama por la BBC. De madre, mi amiga! Yo estoy erizado todo con estas noticias. Tu sabes que desde nuestras primeras tertulias acá yo dije que si algún precedente trascendental marcaría nuestra misión sería precisamente que el gobierno yanqui releyera nuestras relaciones mutuas y comenzara a dar pasos hacia el fin del bloqueo y la normalización de las relaciones cubanoamericanas… Nadie me hacía caso…y ya ves?!”

Foto: Eddy Martin

Cuando le comenté sobre esas dulces lágrimas que he llorado, médico al fin, me dijo: “¡Lágrimas de alegría! Saben que nuestros corazones están allá junto a ustedes! Imagino que espontáneamente se estarán llenando las plazas en Cuba: es un día inmenso. Salúdame a los Cinco y sus familias: felicidades por el retorno a la casa!”.

Desde Brasil otra amiga, colaboradora cubana que lucha contra la malaria, me dijo: “Hace como una hora lo supimos y saltamos de alegría, pero no imaginamos que tan rápido ¡Ya están en casa! ¡Qué bueno, que bueno”.

Un colega espirituano me llamó diciendo: esto es locura aquí, y lo imagino. Sé cuánto este pueblo ha añorado el regreso de los Cinco, de los cuatro, de los tres, de todos juntos. Cinco hombres que se encuentran, quizás algunos lo hacen por primera vez en sus vidas, y me queda esa incógnita en la cabeza, en los ojos, en el corazón: ¿cómo habrá sido el encuentro, y el reencuentro con los familiares?

Antes de entregar la información a la redacción, mi amigo me vuelve a escribir desde Sierra Leona: “Gracias: es el sentir de todos acá. Ya nos reunimos, cantamos el himno nacional e hicimos un rápido análisis de la trascendencia del momento. Por supuesto que significa mayor compromiso y mayor entrega. ¡Viva Cuba libre!

Ciertamente es un día inmenso este 17 de diciembre del 2014.

 

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