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Urquiola y los «humos» del tabaco

Alfonso Urquiola debió ser sancionado, pero no con tal severidad. Foto: Internet
Alfonso Urquiola debió ser sancionado, pero no con tal severidad. Foto: Internet

La semana era definitoria en la lucha de algunos conjuntos para avanzar a la segunda etapa de la Serie Nacional de Béisbol y en medio de ello, una cortina de “humo” se apoderó del estadio Latinoamericano en el segundo partido de la subserie Industriales- Pinar del Río (10 diciembre), que provocó no solo el primer forfeit de la temporada, sino también la suspensión del mentor Alfonso Urquiola en lo que resta de la primera fase del campeonato.

El detonante de que a los vueltabajeros se le subieran los “humos” a la cabeza fue un polémico jonrón del antesalista azul Yulieski Gourriel, cantado foul primero por el árbitro y rectificado luego al acudir a la repetición de la televisión, tras la lógica reclamación del mando capitalino, amparado en lo aprobado durante el Congresillo Técnico.

Más allá de la dudosa decisión, por el ángulo no convincente de la cámara, lo cierto es que los visitantes al Coloso del Cerro podían haber decidido jugar bajo protesta, pero nunca abandonar el terreno echando “humos” por la boca ante cuanta autoridad beisbolera trataba de explicar la decisión, cuando por demás el encuentro se encontraba igualado a tres carreras.

Horas más tarde, la Comisión Nacional prendió otro tabaco con más “humo”, al informar la separación del mentor Alfonso Urquiola por el resto de la campaña, medida que debió quedarse tal vez en dos o tres desafíos, sobre todo si tenemos en cuenta que nunca antes recordamos similar actitud del otrora segunda base y se trata del timonel del campeón nacional, al cual le quedan 10 juegos decisivos.

Urquiola perdió la razón quizás, se calentó demasiado con el “humo” de su propio tabaco, pero ha demostrado siempre, desde que era jugador, una caballerosidad envidiable, de ahí que a la mayoría nos extrañó esa actitud de soberbia e intransigencia cuando más falta le hacía a Pinar del Río luchar por un triunfo.

Sin hacer leña del árbol caído, lo sucedido en el juego Industriales-Pinar del Río el pasado miércoles dejó una lección importante: el espectáculo hay que respetarlo. A veces confundimos las discusiones propias del béisbol con broncas, en otras ocasiones los mentores quieren ser más protagonistas que los jugadores y no faltan quienes se olvidan de lo que representan para el público y salen al terreno con apatía o simplemente no juegan por malacrianzas deportivas.

Sin embargo, las lecciones deben ser parejas. La revisión del video es un paso de avance excelente, pero imperfecta cuando no se tengan todos los ángulos. Fue lamentable un incidente como este casi en la conclusión de la primera etapa, cuando “el humo” de nuestros representantes a la Serie del Caribe tiene olor a quemado.

Ojalá y todavía sea tiempo de rectificar la medida impuesta a Urquiola. Sería saludable, como oportuno sería aclarar desde temprano que la base del equipo monarca sí estará en el venidero torneo de San Juan, porque ya corren “humos” pesados de que será un equipo Cuba salpicado con ocho pinareños, y no una selección pinareña reforzada con los que se necesite para rendir una mejor faena que en Isla Margarita 2013.

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