El reconocimiento del ser humano como epicentro del despertar de Latinoamérica se junta en los fundamentos de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba- TCP), plataforma de integración de los países de América Latina y el Caribe, que ha puesto énfasis durante su primer decenio en la solidaridad, la complementariedad, la justicia y la cooperación.
Tiene el propósito histórico de unir las capacidades y fortalezas de los países que la integran, en la perspectiva de producir las transformaciones estructurales y el sistema de relaciones necesarias para alcanzar el desarrollo integral en la continuidad de nuestra existencia como naciones soberanas y justas.
Es una propuesta novedosa porque pone énfasis en la dimensión social, en particular en la lucha contra la pobreza y la exclusión, con el objetivo de crear mecanismos que permitan compensar las asimetrías existentes en función del desarrollo económico y el bienestar de los pueblos.
Para tales fines otorga prioridad a la negociación mediante acuerdos bilaterales, y abre nuevos espacios de consulta y coordinación entre los Estados signatarios para identificar elementos de interés común, constituir alianzas estratégicas y presentar posiciones comunes ante terceros.
El principio cardinal que guía al Alba-TCP es la solidaridad sin límite sustentada en el pensamiento de Bolívar, Martí, Sucre, O’Higgins, San Martín, Hidalgo, Pétion, Morazán, Sandino y tantos otros próceres. Se ha deslindado de nacionalismos y políticas restrictivas que nieguen el objetivo de construir una patria grande en la América Latina y el Caribe.
Este decenio ha constituido un cambio revolucionario que modificó completamente el mapa de la región, propiciado por el brusco cambio en la correlación de fuerzas, punto de inflexión entre el declive sostenido del capitalismo salvaje y el sostenido avance del socialismo del siglo XXI creado por Chávez y Fidel. Ha sido el comienzo de una nueva era, la utopía de un mundo posible, el sueño de los oprimidos.
Los principales logros alcanzados durante estos 10 años se centran en renglones primordiales como la salud con la Misión Milagro como bandera, donde han sido atendidos gratuitamente 3 millones 482 mil 361 pacientes afectados de la vista; la educación con el proyecto de alfabetización y postalfabetización, que propició que países como Antigua y Barbuda, Bolivia, Nicaragua y Venezuela estén libres de analfabetismo, gracias, en gran medida, al programa educativo cubano Yo sí puedo, que ha beneficiado a más de 3 millones 815 mil personas.
El deporte y la cultura son sectores que también resultaron enriquecidos por el proyecto integracionista. Los Juegos Deportivos del Alba se iniciaron en el 2005. Hasta el momento se han celebrado cuatro ediciones en las que han participado más de 10 mil 532 atletas de 36 países en 45 disciplinas. En el 2007 fue instituido el Fondo Cultural del Alba, que otorga becas de investigación cultural y ha estimulado la creación artística y literaria a través de los premios Alba.
Alcanzar la soberanía comunicacional del bloque es otra de las áreas con amplio desarrollo que tiene como premisa el reflejo de las realidades de los países y la idiosincrasia de los pueblos. Para conseguirlo se crearon medios de comunicación como Telesur, Radio del Sur y el portal web alba-tcp.org.
La Alianza no alberga criterios mercantilistas ni intereses egoístas de ganancia empresarial o beneficio nacional en perjuicio de otros pueblos.
Busca tener una amplia visión latinoamericanista y caribeña y reconoce que nuestros países, en solitario, no podrán desarrollarse ni ser verdaderamente independientes.
“Ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria”, dijo Bolívar, proyecto que luego fue nombrado por Martí como Nuestra América, para diferenciarla de esa otra, expansionista y de apetitos imperiales, que hoy mira asombrada hacia La Habana, anfitriona de una cumbre que festeja los 10 años de lo que antes fuera una hermosa utopía.