José Martí -ese misterio que nos acompaña, al decir del escritor Lezama Lima- nuevamente convocó, y a él acudieron más de un centenar de participantes en el XII encuentro internacional de Cátedras Martianas que tuvo lugar entre el 27 y el 29 de noviembre, en Guantánamo, precisamente la tierra por dónde el Maestro después de años de exilio se reencuentró con su Patria.
Esta fue la tercera ocasión que el encuentro internacional de Cátedras Martianas tuvo como sede a Cuba, cita a la que acudieron estudiosos de la obra del Maestro de México, Costa Rica y Trinidad y Tobago. Las universidades guantanameras fueron las sedes principales del evento.
Reconocidos investigadores de la obra del Maestro como los Doctores en Ciencia Ibrahim Hidalgo, Premio Nacional de Historia, Ana Sánchez Collazo y Pedro Pablo Rodríquez, entre otros, disertaron sobre la vigencia de la obra y el pensamiento de Martí para, desde su contextualización, comprender los fenómenos que enfrenta la especie humana en el caótico mundo actual y proponer la búsqueda de soluciones para nuestros pueblos, a partir de la defensa de su identidad nacional.
Cerca de 100 trabajos, 19 conferencias magistrales y varios talleres se sucedieron versando sobre el anacronismo que significa mantener por más de un siglo la ilegal base naval yanqui en Guantánamo; los puntos comunes del pensamiento de José Martí y Simón Bolívar en la necesidad de una América única; y unida y los nexos en el ideario del Apóstol de la independencia cubana con los países del Caribe insular y las Antillas.
En el encuentro se entregaron las distinciones Honrar, Honra: al Club Martiano de la Escuela de Idiomas G Van Troi de Guantánamo, Dicha Grande a la Cátedra Martiana de la Universidad de La Habana, La Utilidad de la Virtud, al profesor Bernardo Sevillano Andrés; Amigo Sincero a los académicos Rodolfo Sarracino Magrioñat y Graciela Rodríguez (Chela).
Las actividades incluyeron un recorrido por la prístina Villa de Baracoa y en ella a Duaba, sitio por donde arribaran el Primero de abril de 1895 los hermanos Antonio y José Maceo, Flort Crombet y otros combatientes.
Como colofón una visita al museo de Cajobabo y a la Payitas llegan a suelo cubano, acompañado de otros patriotas Máximo Gómez y Martí, quien da aquel salto de dicha grande al estar en Cuba para incorporarse a la Guerra Necesaria contra España.
