La nueva molienda en el central Uruguay llegará con el estreno de un sistema de lagunas de ácidos para segregar los químicos que emplean contra la suciedad en las estructuras tecnológicas propias del área industrial.
A mitad de diciembre el pitazo anunciará el “despertar” del coloso azucarero, reconocido entre los más eficientes de la isla. Sustancias como hidróxido de sodio y ácido sulfúrico eran imposibles de retirar por la ausencia de un sistema que permitiera mantener la limpieza en espacios como los dedicados a la evaporación y purificación. Estos últimos se higienizan diariamente en tiempos de zafra.
Sally Rodríguez Cabrera, especialista de calidad y medio ambiente en el Uruguay, informó a la prensa: “Antes, los residuales con vestigios de azúcar paraban en las lagunas tradicionales, allí llegaban combinados con los productos químicos e incidían negativamente en los suelos. La inversión de más de 40 mil pesos que hemos realizado no solo nos dota de un sistema purificador del que carecíamos, también tiene un impacto ambiental”.
La fuente subrayó, además, que la separación de las sustancias nocivas de los residuos de la fábrica significa que pueden redireccionarse al fertirriego. Eso sin desestimar lo poco invasivo que resultará para el entorno la desaparición de contaminantes, pues, “de acuerdo con los niveles de caña planificados para la molienda, se emplearán alrededor de 80 toneladas de cada producto en la limpieza química”.
Un reservorio dentro del central y una conductora por la que fluirán las sustancias con destino a las lagunas resultan componentes de un sistema que brindará grandes beneficios al proceso fabril y disipará agentes peligrosos como los ácidos.