Hace muy poco tiempo para el joven pitcher camagüeyano Norge Luis Ruíz la meta era solo una: llegar a formar parte del equipo de pelota de Camagüey. Ya lo cumplió y lo sobrecumplió, hasta el punto de convertirse en la estrella de la victoria de Cuba en los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014: se enfrentó a dos de los equipos de mayor calidad de la cita, Puerto Rico y República Dominicana; lanzó 16 entradas y un tercio; propinó 15 ponches y promedió 1.11 de carreras limpias.
Y es que con sus 20 años ya sabe un poco sobre cómo ganar y concentrarse para hacerlo, por eso ante las provocaciones de los puertorriqueños él solo pensó mucho “en la Revolución, en todas las personas que nos han formado, principalmente en Fidel, que sé que estaba viendo ese juego, en mi familia. Le puse mucho empeño, mucha fuerza. Creo que tuvo más de sentimental y emotivo que de enfocarme en lo que iba a tirarle a los bateadores”.
Algunos aseguran que tienes más edad a la hora del pitcheo y en parte se basan en la evolución de tu técnica, de tu repertorio, ¿por qué lo has hecho?
Lo he hecho porque quiero jugar en la liga japonesa y la mayoría de los pitchers allá tienen un gran repertorio. Es la oportunidad de superarme como atleta, de ver si incursiono en esa liga y de paso lograr que los bateadores no vean siempre un mismo lanzamiento.
¿Y cómo lo haces?
Ahora me baso más en la zona vertical, pues la horizontal ya no se canta en la mayoría de los eventos internacionales. Escucho muchos consejos de los lanzadores experimentados, como Vicyohandri, que me está enseñando algunos lanzamientos y trabajo bastante todos los días, para asegurar ese cuarto o quinto lanzamiento que al final es el que decide en el turno al bate.
Perteneces a un equipo que muestra un historial de malos resultados en series nacionales, ¿crees que pueda afectarte la mentalidad perdedora?, ¿cómo la evitas?
Cuando veo un bateador grande me digo: “si ellos dan jonrones, yo tiro 90 millas, vamos a fajarnos”. Esa es la mentalidad correcta. No se puede vivir pensando en los errores pasados o en lo que no se logró. Lo importante es tratar de dar lo mejor cada vez que sales al terreno y tener todo el respeto del mundo por ese pueblo que va a vernos al estadio.
Y a este equipo le falta más experiencia, un consejo oportuno de los veteranos. Camagüey es muy prometedor, pero también muy joven y eso es algo que a veces no se tiene en cuenta.
Otra vez casi se termina la serie para Camagüey, pero podrás continuar jugando como refuerzo, ¿piensas en alguna nómina?
Uno respeta mucho a equipos grandes como Industriales, Pinar del Río o Villa Clara… el mismo Sancti Spíritus, que fue una escuela tremenda por el apoyo que me dio Aragón cuando jugué con ellos. Pero no me enfoco en ninguna selección en particular, mi objetivo es dar un espectáculo y con la que me seleccione trataré de dar lo mejor de mí, siempre saldré a sudar la camiseta, ayudar al mánager y al equipo.
Ahora varios jugadores dejan sus provincias y se van a jugar a otros territorios. ¿Qué ata a Norge Luis a Camagüey?
En todas las ligas del mundo es habitual que los peloteros cambien de equipos y de países. Creo que eso no está mal y que aquí en Cuba no hay motivos para que no suceda así. Si un hombre no hace equipo por su provincia, puede probar suerte en La Habana o en cualquier otra. Eso no tiene nada que ver, al final el objetivo debe ser elevar el techo del béisbol cubano, que para mí no ha decrecido.
Y lo que me ata a esta tierra es el cariño de la gente, el afecto que siento en el terreno y fuera de él, mis amistades, mi familia, que para mí lo es todo. Ya tengo mi hogar creado aquí y voy a tener un niño y mi sueño es que se críe junto a mis padres, junto a la gente que me quiere.
Irse para otra provincia impone cambiarlo todo: tu casa, tu forma de actuar; no es tu terruño y aunque con el tiempo te adaptes, nunca será lo mismo que estar aquí en Camagüey. Yo nací y me crié aquí, soy camagüeyano, y aquí voy a morirme.