Veracruz.- Organizar un megaevento deportivo implica casi siempre pasar del estrés y los temores a la satisfacción y el reconocimiento. Mientras el tiempo va corriendo y los atrasos son evidentes, no se puede conciliar el sueño y la presión por cumplir cobra su precio. Luego, cuando todo brilla y los atletas regalan magníficas demostraciones, muchos héroes anónimos reciben sus medallas.
René Romero Esquivel peina canas en eso de alistar competencias. Sus andanzas iniciaron precisamente en México, durante los XVI Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1990, y en lo adelante han sido muchas las citas regionales, continentales y mundiales en las cuales ha fungido como directivo. Por ser miembro de la Comisión Técnica de la ODECABE ha estado muy vinculado a la preparación de la fiesta veracruzana que ahora vivimos.
Varios años de labor en Veracruz comienza a dejar frutos…
Estuvimos visitando las ciudades anfitrionas y compartiendo con el Comité Organizador (COVER 2014) por espacio de tres años. Mi tarea fue supervisar las instalaciones y hacer cumplir los diseños interiores, para que no se omitiera ningún área y equipamiento establecido por el COI y las federaciones internacionales.
¿Cuán compleja resultó esa encomienda?
El camino estuvo lleno de retos. Los constantes cambios en el COVER causaron demasiados problemas, pues veníamos, dejábamos instrucciones a los encargados, y cuando retornábamos a chequear hallabas gente nueva que debíamos volver a enseñar. De ahí la gran cantidad de visitas que la ODECABE debió realizar.
En medio de tantas críticas al COVER, los recintos de juego han merecido elogios por su belleza y funcionalidad…
Un grupo de sedes son totalmente de estreno y las restantes fueron remodeladas de modo impecable. A la infraestructura se le dedicó mucho empeño para dejar un legado verdadero; para que las edificaciones no sean “elefantes blancos” en el futuro, sino útiles al pueblo veracruzano y disponibles para el desarrollo deportivo de la región de Centroamérica y el Caribe.
¿Cuáles identifica como insignias?
Aportamos conocimientos para que todas fueran excepcionales, pero sobresalen el velódromo de Xalapa, el estadio de atletismo Heriberto Jara Corona, la Arena Córdoba de voleibol, el Complejo de Piscinas Leyes de Reforma y el Pabellón de Gimnasia. Me atrevo a decir que la mayoría de ellas posee nivel mundial.
¿No incluye la Pista de Canotaje de Tuxpan?
Lo hice con toda intención, pues a mi juicio esa es la obra cumbre de estos Juegos, por sus comodidades y valor simbólico. Levantar ese recinto implicó obtener permisos especiales al tratarse de un lugar histórico: el sitio exacto de donde zarparon los expedicionarios del yate Granma hacia playa Las Coloradas, hará mañana 58 años.
¿Cómo fue la acogida de los mexicanos?
Aquí no se sienten diferencias entre el cubano y el jarocho. Prima el calor humano, la cordialidad, el cariño. Y además tuve la suerte de que muchos compañeros me siguieran en esta empresa.
¿Quién gana los Juegos: Cuba o México?
Hay una fuerte rivalidad entre ambas delegaciones, pero confío en que los aficionados locales se aprenderán de memoria las notas de nuestro himno nacional, por la cantidad de oros que obtendremos.
