El pasado fin de semana (15 y 16 de noviembre), en la ciudad australiana de Brisbane, se celebró una nueva Cumbre del Grupo de los 20. La prioridad en el análisis estuvo en cómo impulsar el crecimiento de la economía mundial, el empleo y el mejoramiento del sistema bancario global.
En el foro, destinado a discutir cuestiones de política financiera internacional y problemas del desarrollo económico, participaron representantes de 19 países (Argentina, Australia, Brasil, Reino Unido, Alemania, la India, Indonesia, Italia, Canadá, China, México, Corea del Sur, Rusia, Arabia Saudita, Estados Unidos, Turquía, Francia, Sudáfrica, Japón) y la Unión Europea como bloque económico. También estuvo España en su condición de invitado permanente
El G-20 agrupa a las mayores economías, avanzadas y emergentes del mundo, las que representan aproximadamente dos tercios de la población mundial, el 85 % del producto interno bruto (PIB) global y más del 75 % del comercio internacional.
Durante el encuentro, los líderes del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) expresaron su decepción por el incumplimiento de las reformas del Fondo Monetario Internacional. Subrayaron que la firma, en julio del 2014, de un acuerdo para la creación de un Banco de Desarrollo y un Fondo de Reservas, profundiza la colaboración en este grupo con un capital de unos 200 mil millones de dólares.
En medio del posible aumento de sanciones contra Rusia, la canciller de Alemania, Angela Merkel, exhortó a los países occidentales al diálogo a pesar de discrepancias en cuanto a Ucrania, crisis que se mencionó en reuniones bilaterales.
En este sentido, fuentes occidentales se refirieron a un supuesto aislamiento de Vladímir Putin y de Rusia durante el cónclave; sin embargo, los intentos de presión fracasaron. Con posterioridad, el Presidente apuntó que se discutieron los temas propuestos y asuntos relacionados con el siniestro del Boeing malasio.
El documento final de la Cumbre incluyó el tema de los fondos buitre y la necesidad de fortalecer los procesos de reestructuración de deudas soberanas. Malestar que Argentina expresó el año pasado ante la falta de apoyo para enfrentar estos fondos especulativos.
Según ha trascendido, se acordaron más de 800 medidas para impulsar la economía global, se aprobó un plan para estimular el PIB en un 2,1 %, ascendente a más de 2 billones de dólares aplicables en cinco años, que se invertirán en infraestructuras y fomento del comercio. Asimismo, se intentará reducir en un 25 % para el 2025, la brecha entre hombres y mujeres, en desventaja como fuerza de trabajo. Se espera que los proyectos produzcan millones de empleos.
Los representantes del Grupo de los 20 se comprometieron a trabajar en favor de la transparencia fiscal, apoyar acciones para enfrentar el cambio climático y realizar un esfuerzo internacional para erradicar la epidemia de ébola.
Estudiosos consideran que en las actuales circunstancias difícilmente el G-20 pueda llegar a un consenso para realizar cambios profundos, que contribuyan a lograr un mundo mejor y más equitativo; la solución puede aparecer en plataformas como los BRICS. Por eso no es extraño que en la Cumbre celebrada en septiembre del 2013 también se abordó la necesidad de acelerar la recuperación de la economía global, generar mayor crecimiento y puestos de trabajo, temas prioritarios que se volvieron a revisar este año.