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La inauguración sigue guardada

Imagen del montaje en el estadio Luis "Pirata" Fuente.
Imagen del montaje en el estadio Luis «Pirata» Fuente.

Veracruz.- Como suele suceder en todas las citas multideportivas, los detalles de la ceremonia inaugural de los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz siguen cuidadosamente guardados.

Hasta el momento solo se conoce el nombre del espectáculo, Vuela Veracruz, así como las presentaciones de la cantante mexicana Yuri y el boricua Ricki Martin.

La exponente local tendrá a su cargo la interpretación del himno nacional azteca, mientras que la estrella caribeña asumirá el fragmento final de la velada.

Otras noticias sobre la apertura son la casi segura ausencia del presidente mexicano Enrique Peña Nieto, quien se encuentra de viaje por Asia y Oceanía. Y además que la raquetbolista Paola Longoria será la abanderada de la delegación local, mientras que la arquera Aída Román o la taekwondoca María Espinosa podrían encender el pebetero.

En el estadio Luis «Pirata» Fuente avanzan los preparativos para la fiesta del viernes en la noche. Según la agencia de prensa Notimex decenas de trabajadores atienden cada detalle organizativo, para garantizar orden, seguridad y el mayor confort de los asistentes.

También trascendieron imágenes del exterior del recinto, pintado de rojo fuerte, y del montaje de la tribuna principal en medio de la cancha de fútbol.

Muchas espectativas y comentarios se suscitan alrededor del acto inaugural, aunque en las últimas horas las tensiones merodean la poca agilidad en el recibimiento y acreditación de las delegaciones; la lentitud del transporte de los juegos en una urbe que al parecer no dispondrá de carril centrocaribeño; y las consecuencias de las protestas estudiantiles por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Este miércoles, durante el paso de la antorcha centrocaribeña por Xalapa, los estudiantes lanzaron baldes de agua y consiguieron apagar el fuego.

Héctor Cardona, titular de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (ODECABE), había dicho ese mismo día que «respetaban a quienes decidieran protestar, pero pacificamente». Sin dudas, apagar la simbólica llama de la fiesta regional no parece un acto amistoso.

Un chapuzón apagó el fuego.
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