Horas de emoción e historia, de recuerdo y futuro, vivieron los cronistas e historiadores del béisbol que este 7 y 8 de noviembre celebraron el Coloquio Nacional Museo y Salón de la Fama del Béisbol Cubano: de la utopía a la realidad, con el auspicio del INDER, el cual concluyó con la refundación del Salón y la exaltación de 10 peloteros, 10 inmortales.
Para la lista privilegiada fueron escogidos Conrado Marrero, Orestes Minnie Miñoso, Camilo Pascual, Amado Maestri y Esteban Bellán, todos de la etapa de 1864 a 1961; así como Omar Linares, Antonio Muñoz, Luis Giraldo Casanova, Braudilio Vinent y Orestes Kindelán, un quinteto de lujo que se desempeñó por completo en las Series Nacionales, es decir, de 1962 a la actualidad.
Luego de un arduo trabajo investigativo del Grupo Entusiastas por la refundación del Salón de la Fama, coordinado por el cineasta Ian Padrón, y con el apoyo de la Dirección Nacional de Béisbol, el evento reunió a casi 100 especialistas de todo el país, quienes debatieron sobre la necesidad de contar de nuevo —existió de 1939 a 1961— con un lugar simbólico que permita reconocer a nuestros mejores peloteros, al tiempo que aportaron ideas frescas sobre el tema para ser consideradas por las autoridades deportivas.
Entre los acuerdos más significativos estuvo apoyar la decisión del INDER de elevar al Ministerio de Cultura y a la Comisión Nacional de Patrimonio Cultural la propuesta de declarar el béisbol como patrimonio cultural intangible de la nación cubana.
Asimismo, se aprobó por unanimidad, que el primer Premio Martin Dihigo —nacido para reconocer a personalidades, instituciones, entrenadores, etc.— sea conferido al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, por ser el impulsor de nuestras Series Nacionales y el principal inspirador del béisbol amateur en Cuba después de 1962.
Los integrantes de la Comisión Especializada de Cronistas e Historiadores del Béisbol se comprometieron también a investigar, divulgar y contribuir al aprendizaje y el conocimiento de la historia del béisbol cubano a las nuevas generaciones.
Algunas aclaraciones y vivencias
Sobre el proceso de exaltación al Salón de la Fama se impone aclarar varios aspectos, a partir de cierto desconocimiento histórico de algunos aficionados. Primero, 68 peloteros cubanos ya habían merecido este honor desde la creación el 21 de octubre de 1939 hasta enero de 1961, entre ellos Martín Dihigo, Alejandro Oms, Adolfo Luque, por solo mencionar algunas luminarias.
En esta ocasión, de una lista inicial de 100 peloteros, mentores y árbitros de cada etapa, los reunidos en el Coloquio votaron por los 10 de cada época que consideraron debieran ser finalistas para la última ronda. Tal y como ocurre en otras instituciones similares del mundo, un Tribunal de Selección —electo también por votación de los participantes— tuvo el honor de elegir a los 10 exaltados.
Es bueno aclarar que el número de exaltados en esta ocasión fue idéntica a la practicada en 1939, pero en lo adelante, pudieran ser menos, pues se requerirá obtener el 75 % de los votos del Tribunal, el cual dicho sea de paso, se renovará luego de dos votaciones.
Como dato histórico a conservar, por vez primera una mujer votó en un Tribunal de Selección, la periodista Elsa Ramos, de Sancti Spíritus; en tanto en lo adelante, los elegidos vivos al Salón de la Fama podrán formar parte siempre de la última ronda de elección.
El diálogo, la comprensión y el entendimiento alcanzado entre la Comisión Especializada de Cronistas e Historiadores del Béisbol Cubano con el organismo rector de esta actividad demostró que los 54 años de inactividad en un tema tan sensible quedaron atrás.
Solo resta esperar al 28 de diciembre, cuando en el Juego de las Estrellas en Granma, sean exaltadas oficialmente estos 10 inmortales.