La contribución de la Fiesta de la Cultura Iberoamericana a la promoción y defensa de los valores autóctonos de estos pueblos ante el hegemonismo mundial, quedó evidenciada en la XX edición, celebrada exitosamente en Holguín.
En esta ocasión el festival artístico internacional, que ha ganado en madurez y organización, estuvo dedicado a la sostenibilidad ecológica y cultural en general y en especial de las nueve naciones suramericanas que conforman la Amazonía.
Para avanzar en ese propósito es necesario alcanzar una armonía perfecta entre la naturaleza y el hombre, como bien apuntó Juan León Alvarado, embajador de la República de Guatemala en Cuba, en la apertura del Congreso Iberoamericano de Pensamiento.
En tal sentido puso el ejemplo del lugar donde nació, la pequeña comunidad maya de Panajxit, que en la década de los 60 gozaba de plena autonomía, y sus alrededor de 2 mil habitantes disfrutaban de un mundo de paz y felicidad.
“Necesitamos, subrayó, que el ser humano viva bien y sea feliz, pero sin dañar la naturaleza para lo cual es necesario que el desarrollo se produzca en las condiciones de equidad como exige la madre natura, darle espacio y escuchar a todos”.
La Fiesta constituye un proyecto multicultural que ha fructificado en sus 20 años de existencia porque propicia la promoción y el intercambio entre culturas de diferentes latitudes, incluso fuera del ámbito iberoamericano.
La XX edición contó con la participación de más de 250 delegados e invitados de 20 países, entre las cuales sobresalen por el nivel de participación España, Brasil, Venezuela, Perú, Argentina, México, Colombia y República Dominicana.
El programa del evento comprendió también el Coloquio Iberoamericano de Letras, la Fiesta de Tradiciones Campesinas, exposiciones de artes plásticas, funciones de teatro, muestras audiovisuales, presentaciones de libros, recitales y conciertos.
