Por: José Jasán Nieves
De acuerdo con Vivian Gitchman Miranda, directora de Regulación del Ministerio, las oportunidades de negocios han sido expuestas mediante giras por naciones europeas y de otros continentes, y tras su anuncio consiguieron la atención de 42 compañías extranjeras, las cuales tendrán con precisión la cartera de proyectos luego de ser presentada en la bolsa comercial habanera.
Pero en un aparte con periodistas, la funcionaria adelantó algunos espacios que resultan estratégicos para la proyección económica del país, entre los que se destacan los todavía disponibles 50 bloques de exploración petrolera en la Zona Económica Exclusiva de Cuba en el golfo de México.
Según Gitchman, también se ofrecen a la participación foránea 29 bloques de exploración en aguas someras y tierra, desde donde el país hoy obtiene 3,9 millones de barriles anuales de crudo.
El Gobierno cubano prefiere establecer en esta esfera contratos de producción compartida y para ello estableció como estímulos, entre otros, la supresión del pago de bonos en el momento de la firma del convenio además de los impuestos por la exportación de utilidades.
La producción de lubricantes, igualmente, está abierta a la inclusión de inversionistas foráneos, pues interesa montar una planta de última generación tanto en una refinería como en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, y de esa manera superar la práctica actual de “maquila” a partir de la importación de aceites esenciales.
En el campo de la minería está disponible la prospección a riesgo de metales preciosos como el oro y la plata, además de otros metales base para la industria como el cobre, el plomo y el zinc. Con estudios de prefactibilidad ya realizados se buscan socios para explotar minas de cobre, en Artemisa; carbonato, en Mayabeque; sal gema en Ciego de Ávila; así como wolframio y caolín, en Isla de la Juventud.
Atractivas también pueden resultar las opciones de explotar depósitos de níquel y cobalto en Pinar del Río, Camagüey y Holguín, o incluso reutilizar las llamadas “colas rojas”, un residual de la explotación de níquel y del cual se calculan acumulaciones de 80 millones de toneladas en la zona de Nicaro y Moa.
En opinión de la funcionaria, las sesiones de FIHAV 2014 permitirán ampliar acercamientos para la participación internacional en los proyectos de extensión de la energía eólica, la obtenida a partir de biomasa cañera y la fotovoltaica, sectores estratégicos a los cuales apuesta el sistema cubano y que ofrece nuevas oportunidades.
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