De no haber existido el bloqueo genocida que ha mantenido EE.UU. durante más de cinco décadas contra la isla, el cardiocentro villaclareño hubiese podido incrementar notablemente sus operaciones y sus tratamientos intervencionistas, haber mejorado la calidad de vida a miles de cubanos, además de que pudieran haber sido atendidos con los métodos más adelantados.
Por esa injusta y genocida política en esta institución escasean las válvulas, los stenser, los marcapasos, los implementos, los instrumentos quirúrgicos… Se han tenido que posponer operaciones porque no se cuenta con los reactivos adecuados ni con todos los medicamentos para efectuarlas, ello motiva que los pacientes lleguen más deteriorados al quirófano y como consecuencia el tiempo de recuperación postoperatorio es mayor y los tratamientos son mucho más costosos.
Además, parte del equipamiento ha estado paralizado por períodos de tiempo prolongados por no poder adquirir una simple pieza que pudiera restablecerles las funciones a oxigenadores, a la máquina de circulación extracorpórea, o a uno de los tomógrafos… El bloqueo tampoco permite acceder a la más actualizada bibliografía ni a los medicamentos de última generación ni a las técnicas más modernas.
Es esta una manera brutal de bloquear corazones, así incide en este centro, que brinda sus servicios de manera gratuita a los pacientes del centro del país.
Sus especialistas han encontrado en la inteligencia y el estudio el antídoto para el bloqueo genocida. Ante los inconvenientes buscan soluciones puntuales para cada caso, tratan de sustituir medicamentos y crear protocolos de tratamientos con el objetivo de alargarles la vida a los pacientes en espera de encontrar, en cualquier lugar del mundo y a cualquier precio, siempre mucho más alto, lo que se necesita.
A pesar de estas barreras en esta institución se realizan casi todos los procedimientos relacionados con la cirugía cardiovascular y vascular, la cardiología intervencionista y la electrofisiología. Tiene una alta supervivencia comparable con centros similares del primer mundo, presta asistencia médica especializada de altísimo nivel, reconocida incluso en Latinoamérica, y se destaca por su labor investigativa, la que ha sido importante para darle solución a los agobios motivados por el bloqueo.
El Gobierno de Estados Unidos puede terminar con este crimen, inaceptable e inadmisible para los cubanos, a pesar de que hemos encontrado soluciones para enfrentarlo con dignidad durante más de cinco décadas, burlándolo con inteligencia.