La mayor fábrica de Fitomas-E de Cuba, nueva obra enclavada en el centro de la provincia de Ciego de Ávila, corre el riesgo de incumplir el plan anual de 2 millones 800 mil litros, algo más de la mitad de su capacidad industrial, de este bionutriente de probada eficacia en la caña de azúcar y los cultivos varios.
Perduran los desperfectos tecnológicos de la máquina llenadora desde que Trabajadores le dio cobertura a la puesta en marcha en febrero pasado. “Se está deteriorando el equipo y no hay piezas de repuesto”, afirma el ingeniero Pavel Rodríguez Quiñones, especialista principal de esa industria.
Argumenta que “las boquillas de llenado no llegan al fondo del bidón, al caer el líquido hace espuma y se derrama, esto afecta sus mecanismos, pues se han quemado electroválvulas y están dañados pistones neumáticos
“Les propusimos a los compañeros de Berotz Cuba, entidad importadora del equipamiento, cambiar ese equipo porque presenta problemas su principio de funcionamiento por el sistema de control a tiempo, consideramos que con un flujómetro sea más exacto y seguro el envasado. Ellos nos presentaron ya la oferta de la nueva máquina que deberá sustituir a la defectuosa”.
Tampoco la extrusora vistió de gala en la arrancada. Estuvo inerte un tiempo en el que se consumían 500 litros de diésel en cada viaje para traer los bidones de La Habana. Cuando los fabricantes foráneos la echaron a andar, confeccionaba solo los envases. ¿Y las tapas?, esa es otra historia.
Los encargados de adoptar decisiones lo sabían. Una prueba fehaciente es el documento contentivo de la demanda de materias primas y materiales, entre ellos 150 mil tapas, para la puesta en marcha de la planta a inicios del 2014.
Sin embargo, a casi un año del primer pedido de los insumos, los productores del bionutrientre siguen tropezando con el obstáculo. Más de 90 mil litros envasados esperaban por dichas tapas el pasado día 10 y llegaron 12 días después, ocasionando cuello de botella en el proceso.
Falla el mecanismo de aseguramiento por parte de la entidad de logística Azumat, a pesar de que la empresa avileña CEPIL le adaptó moldes a su maquinaria y asumió la confección de una cantidad de ese artículo plástico.
Sobre el problema mecánico, Pavel explica que el sistema de enfriamiento del molde, denominado chiller, no funciona en horas de excesivo calor, hoy solo se trabaja en la confección de los envases por la noche, por eso estamos creando aquí un dispositivo de mayor capacidad para elevar la producción de 700 a mil bidones”.
La inversión que nace torcida…
La segunda instalación del país de ese antiestrés para las plantas, construida a un monto de 2 millones 600 mil pesos (la pionera fue fundada en el 2008, en el Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar, Icidca), debía haber arrancado en el último trimestre del 2013 y lo hizo en febrero del presente año.
Influyó la tardanza de unas válvulas porque hubo necesidad de sustituir las iniciales, y también las modificaciones al proyecto de la caldera, declara la inversionista Miroslava Lorenzo García, hoy jefa de la unidad elaboradora de FitoMas-E.
Tales incidencias, junto con las interrupciones operativas de los equipos principales, influyen en el atraso del plan de producción, el cual se comportaba al 78 % de cumplimiento hasta el día 10 del presente mes.
Incide también la inestabilidad en el suministro de indispensables insumos ejemplifica Miroslava que recientemente estuvo paralizado el proceso 15 días por la falta de ácido fosfórico, cuya afectación equivale a 161 mil litros. “Del 5 de febrero a la fecha, subrayó, hemos dejado de hacer más de 461 mil litros que equivale a 858 mil 278 pesos, por causas no imputables a nuestro colectivo.
“Estamos dispuestos a redoblar los esfuerzos, pero para vencer el compromiso productivo anual, se requiere concluir el chiller, con vistas a que la extrusora haga bidones de forma permanente; que lleguen las toneladas de ácido fosfórico necesarias y los comercializadores extraigan en tiempo el producto terminado, sino se nos congestiona la unidad”, acota Miroslava.
Precisamente, los cuellos de botella han sido casi habituales, por la baja extracción del bioestimulante desestimulado también en la actividad de comercialización, motivo por el cual se indagó la causa con Joel Cervantes Blanco, director de Azumat en Ciego de Ávila.
“La nueva obra no arrancó en la fecha programada, por lo que su producción no se contrató en el tiempo establecido con la unidad provincial de camiones Udecam, a diferencia del fertilizante para la agricultura cañera, por ejemplo, que sí fue convenido. No obstante, se han transportado miles de litros de FitoMas hacia provincias del centro y el oriente del país”.
Una evidencia del problema es que la dirección de la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Derivados de la Caña de Azúcar Ciro Redondo, firmó el contrato con la comercializadora dos meses después de empezar la elaboración del bionutriente.
“Otro inconveniente, añade Joel, es que no fue concebido en la inversión un adecuado almacén de insumos y producciones terminadas, lo cual limita la cobertura de la extracción a 48 horas aproximadamente, muy poco tiempo en relación con las posibilidades reales de los medios de transporte”.
Con esta retahíla de “impurezas” adicionadas al FitoMas-E, es como para cuestionar que la inversión que nace “torcida”, jamás se endereza. En cambio, los más de un millón 617 mil litros producidos van liberando de empeños a la UEB Ciro Redondo que acumula millonarias pérdidas económicas y este año ha alcanzado utilidades en balances financieros mensuales.
Y es que el producto natural antiestrés propicia una positiva correlación entre el costo de producción de cada litro por debajo de 1,00 peso, y el precio de venta de 1,86 en moneda nacional. Además, su aplicación genera un impacto económico para el país, por concepto de disminución de las importaciones de fertilizantes.
Por eso, industriales, transportistas y comercializadores deben acoplar los mecanismos de la planificación para la inclusión en los planes de negocios del 2015, del producto devenido en renglón exportable.
A Trabajadores le resta seguir las huellas de otra arista del asunto: ¿Todos los agricultores consideran al FitoMas-E, el bioestimulante del siglo XXI?