Frederich Cepeda regresó a Cuba este domingo 26 de octubre, luego de permanecer seis meses en el Béisbol Profesional de Japón (NPB) como parte de la plantilla del equipo insignia de esta liga, los Gigantes de Yomiuri. Allí promedió escaso 194, con 21 hits en 108 turnos al bate, rendimiento por debajo de los resultados que, por espacio de más de una década, ha acostumbrado al público cubano.
A su llegada al aeropuerto internacional José Martí, de La Habana, el conocido jardinero conversó con la prensa reunida sobre sus vivencias en una de las dos ligas más fuertes del planeta, una “experiencia única”, como él mismo la definió.
En predios nipones Cepeda no solo conoció el rigor de una liga muy competitiva y organizada, sino que tuvo la oportunidad de constatar la calidad y entrega de los jugadores japoneses. “Entrenan muchísimo y le dan gran importancia a la disciplina. Además, casi todos los pitchers tienen al menos cinco lanzamientos fuertes que utilizan con mucho control. Allá son escasos los pelotazos y las bases por bolas”.
Tanto es así que el propio Cepeda en 52 desafíos apenas recibió 23 boletos y acumuló un total de 38 ponches, siendo en Cuba uno de los mejores bateadores en cuanto a este balance. ¿Quiere decir estas cifras ofensivas que Cepeda estuvo mal? No, apenas significan que el béisbol japonés es muy superior al que tenemos hoy en la Serie Nacional.
En cuanto a su descenso a la segunda división de la Liga Nipona, Frederich explicó que por entonces atravesaba un mal momento, “no estuve bien en algunos turnos que tuve y entones decidieron que lo mejor sería bajar al equipo pequeño de la franquicia para recuperar mi forma deportiva”, explica.
“Antes de hacerlo el director se reunió conmigo y me explicó que quizás se había apresurado en ponerme a jugar pues lo hice apenas dos días después de llegar a Japón, y que debí aprovechar las ligas menores para ajustarme”.
Y eso hizo, pues en segunda división consiguió estabilizar de nuevo su rendimiento y bateó para 308 de average, con lo cual resultó convocado nuevamente a la plantilla de los Gigantes en las mayores. Lo que ya no consiguió recuperar fue su condición de jugador regular.
“Eso me desestabilizó pues comenzaron a emplearme como jugador de cambio y emergente, dos roles que nunca había tenido que asumir en mi carrera en la que siempre abrí como regular en la alineación”, cuenta el curtid beisbolista, quien debió ajustarse a la nueva función asignada por el manager del conjunto. “Fue una experiencia nueva totalmente y que jamás olvidaré, se trataba de un pitcheo nuevo, un béisbol nuevo y no tuve la sistematicidad de jugar todos los días, además el emergente solo tiene un swing para equivocarse”, aseveró.
En cuanto al público Cepeda comparte la impresión de los otros dos cubanos —Yulieski Gurriel (DeNA Stars Bay) y Alfredo Despaigne (Chiba Lotes Marines)—, y tiene la mejor opinión de los fanáticos japoneses a quienes calificó de “grandes conocedores del béisbol y extremadamente respetuosos”, toda vez que agradeció las múltiples muestras de cariño que le prodigaron durante su estancia.
Sobre su posible regreso a la NPB como miembro de los Gigantes, Cepeda explicó que el tema jamás fue tocado con él, a pesar de que su contrato permitía ser extendido por otra temporada de manera opcional. “Allá estos asuntos son tratados de forma diferente y cada quien tiene su sitio dentro del equipo: el director está para dirigir en el terreno y de las negociaciones se encargan los gerentes con los abogados y representantes de cada pelotero. Por el momento tendremos que esperar por la decisión del conjunto”.
Al ser interrogado sobre la posibilidad de que más jugadores cubanos sean llamados a las filas del béisbol japonés, Cepeda aseguró que “hoy existen varios elencos interesados en nuestros peloteros, pues conocen su calidad y estoy seguro que pronto tendremos más cubanos jugando allá”.
En cuanto a su reincorporación a la Serie Nacional y los venideros Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014, explicó que su intención es ahora descansar unos días, “pues el ritmo de entrenamiento y juego en Japón es agotador”. Inmediatamente después planea reunirse con su equipo de siempre, Sancti Spíritus, y “si me lo gano con el Cuba”.
A la pregunta de si estaba satisfecho fue categórico: “satisfecho no. Me siento contento por la oportunidad que he tenido de jugar en ese béisbol. Hubiese querido tener algunos turnos más al bate. Pero me siento contento porque estuve allí y ahora sé que puedo jugar en ese béisbol.