Shakespeare y sus máscaras será la primera de las propuestas del XXIV Festival Internacional de Ballet de La Habana, que comienza mañana. Con esta coreografía de Alicia Alonso, inspirada en la celebérrima tragedia de Romeo y Julieta, se rendirá homenaje al gran dramaturgo inglés, a cuyo aniversario 450 está dedicada esta edición de la cita.
Pero hablando de aniversarios cerrados, este año se conmemora el centenario del nacimiento del gran maestro cubano Fernando Alonso, artífice de la escuela cubana de ballet, fundador, junto a Alicia y Alberto Alonso, del Ballet Nacional de Cuba, compañía anfitriona de este Festival.
La Escuela Nacional de Ballet acogerá las Jornadas Fernando Alonso in Memóriam, que comprenden seis clases magistrales, impartidas por grandes intérpretes del ballet mundial: Julio Bocca (31 octubre), Eric Vu An (3 de noviembre), Xiomara Reyes (4 de noviembre), Cyril Atanassoff (5 de noviembre), José Manuel Carreño (6 de noviembre), y Marta García y Orlando Salgado (7 de noviembre).
Importantes compañías
El Festival acogerá a importantes agrupaciones radicadas en los Estados Unidos y Europa. Es el caso de Pontus Lidberg Dance, compañía norteamericana integrada por bailarines de clase mundial y que toma el nombre de su director, el bailarín y coreógrafo sueco Pontus Lidberg.
Como parte de ese elenco, a la capital cubana vendrán los primeros bailarines internacionales Nadja Sellrup, Kaitlyn Gilliland, Jens Rosen, Christopher Adams, Gabrielle Lamb, Carolyn Wong, Adrian Danchig-Waring y Georgina Pazcoguin.
El programa —que se presentará el jueves 30 y el viernes 31 de octubre en la sala Covarrubias— propone obras coreografiadas por Lidberg, nunca interpretadas en Cuba. Se incluye también un estreno mundial: This was written on water, también del creador sueco.
Otra compañía invitada es el Ballet Hispánico de Nueva York, fundado por la bailarina y coreógrafa venezolano-estadounidense Tina Ramírez y dirigido en la actualidad por Eduardo Vilaro. Según una nota de los organizadores del Festival, la agrupación se ha dedicado a la exploración y preservación de la cultura latina por medio de la danza, y lo ha hecho teniendo en cuenta la dinámica de la diáspora hispánica.
Durante la cita habanera el Ballet Hispánico de Nueva York actuará en el Teatro Mella, el sábado 1º y el domingo 2 de noviembre, con un programa combinado que incluye los ballets Asuka, de Eduardo Vilaro; y Sortijas, de Cayetano Soto. Completan la propuesta artística las obras: Sombrerísimo, de Annabelle López; y El beso, de Gustavo Ramírez Sansano.
Desde Suiza llegará la compañía Linga, fundada en 1992, cuando se unieron Katarzyna Gdaniec, bailarina principal del Bejárt Ballet de Lausanne, y Marco Cantalupo, coreógrafo y también bailarín de esa agrupación. Los dos artistas se han dedicado a una búsqueda coreográfica que se expresa mediante un baile físico, sensual y poderoso, pero siempre concebido como un interrogatorio a los cuerpos.
La compañía ofrecerá funciones en la sala Covarrubias del Teatro Nacional, el domingo 2 de noviembre. Además de estas agrupaciones, en la cita participarán bailarines de más de una veintena de países (algunos estrellas mundiales del ballet), que se unirán a los intérpretes del Ballet Nacional de Cuba, compañía anfitriona, y del Ballet de Camagüey.