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Mensaje del Secretario General con motivo del Día de las Naciones Unidas

La labor de las Naciones Unidas resulta más necesaria que nunca en esta época de múltiples crisis. La pobreza, la enfermedad, el terrorismo, la discriminación y el cambio climático se están cobrando un elevado precio. Millones de personas siguen padeciendo situaciones de explotación deplorables debido al trabajo servil, la trata de seres humanos, la esclavitud sexual o las condiciones peligrosas en las fábricas, los campos y las minas. La economía mundial sigue siendo un terreno en el que no todos actúan en pie de igualdad.

La fundación de las Naciones Unidas constituyó un solemne compromiso con la población del mundo de poner fin a esos atropellos de la dignidad humana y abrir el camino a un futuro mejor. Hemos sufrido reveses dolorosos, y queda mucha tarea por delante para que la visión plasmada en la Carta se haga realidad, pero nuestros logros nos pueden infundir ánimos.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas han inspirado la campaña contra la pobreza de mayor éxito en la historia. Los tratados de las Naciones Unidas sobre la desigualdad, la tortura y el racismo han protegido a las personas, mientras que otros acuerdos han salvaguardado el medio ambiente. El personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas se ha interpuesto entre fuerzas hostiles, nuestros mediadores han resuelto controversias y nuestros trabajadores humanitarios han prestado asistencia que ha salvado vidas.

En este momento crucial, reafirmemos nuestro compromiso de hacer fuertes a los marginados y los vulnerables. En el día de las Naciones Unidas, exhorto a los gobiernos y a los particulares a que trabajen de consuno en pro del bien común.

Ban Ki-monn

Secretario General de la ONU

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