Aunque la fecha puede parecer lejana, los hombres y mujeres de este indómito territorio no andan de brazos cruzados y transforman el entorno en favor de una ciudad más bella, ordenada, disciplinada e higiénica, cuestiones que se hacen tangibles desde diversos centros laborales.
Allí, con la participación de los trabajadores, se pintan interiores y exteriores, se colocan luminarias, se acondiciona la jardinería, se cambia el mobiliario de vestíbulos y oficinas, y se engalanan los espacios de uso colectivo.
Destaca en todo este empeño de remozamiento general y mejora del clima de trabajo la creciente presencia de banderas cubanas a la entrada de las instituciones estatales, práctica que le aporta un toque especial de cubanía a una tierra conocida y reconocida por sus tradiciones patrióticas.
En todo ese espíritu de transformaciones el movimiento sindical es pilar fundamental pues trabajadores de todos los sectores participan como protagonistas de estos cambios favorecedores del clima laboral tanto en la producción como en los servicios.