“Cuba es un caso especial, y difícil de comparar con otros países. Es uno de los primeros en erradicar el hambre —no hay hambre visible—, cumple con la seguridad alimentaria y con los objetivos de la Cumbre Mundial de la Alimentación”, reconoció Theodor Friedrich, representante de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Sin embargo, cuestionó que esos logros los alcanza sobre la base de la importación de alimentos. “No hay hambre pero tampoco hay agricultura eficiente y sostenible, ni logra la soberanía alimentaria con sus propias producciones. Eso es la contradicción que Cuba muestra”. Y sentenció que el Día Mundial de la Alimentación, que se celebra cada 16 de octubre, tiene una gran significación para la isla, por los retos que aún tiene la agricultura.
“Cuba debe aplicar una producción agrícola sostenible, intensiva y productiva. Para eso es elemental el papel que juega la agricultura familiar, que aquí incluye la urbana, suburbana y la de los campesinos. Está demostrado en el mundo que esta forma es más eficiente que la empresarial”.
Theodor Friedrich reflexionó sobre el tema central de la celebración este año, que es “Agricultura familiar: alimentar al mundo, cuidar el planeta”, el cual pretende subrayar el ingente potencial de esta forma productiva en la erradicación del hambre, la subnutrición y la preservación de los recursos naturales.
“En Cuba hemos organizado un sinnúmero de actividades que van desde una carrera popular —acontecida el pasado 10 de octubre, en La Habana— hasta la capacitación de los recursos humanos en seminarios y encuentros con productores.
Resaltó las potencialidades de las féminas en el campo (en el municipio de Rodas, Cienfuegos, se celebra este 15 de octubre, el Día Internacional de la Mujer Rural), sobre todo en Cuba donde son privilegiadas por la educación y preparación técnica, que es igual a la de los hombres, y tienen el respaldo institucional para desempeñarse en todos los campos de esta ciencia.
Otro aspecto destacado por el representante de la FAO es el interés de su organización por tratar de poner la alimentación sana a la disposición de la gente, algo que puede lograrse en sintonía con el cuidado de la salud del hombre y de los recursos naturales.
“La FAO está tratando de cambiar el paradigma de la producción agrícola después de lo que vivimos con la revolución verde, con esa manera de producir a toda costa, degradando los recursos naturales. Tenemos que lograr una combinación de las prácticas agrícolas para tener alimentos hoy y mañana.
Los agricultores cubanos, afirmó, cuentan con las tecnologías, financiamientos y saben cómo hacerlo, “pero me preocupa que después de transcurrir varios años de darle la prioridad a la alimentación los resultados son lentos, cuando tenemos la experiencia de otros países que con menos inversión han logrado la revitalización del sector”.
Exhortó a aprovechar financiamientos y experiencia de proyectos que tiene la FAO, que pueden cambiar el panorama local en corto plazo, pero Cuba no tiene ninguno en práctica en estos momentos. Algunos de estos prototipos aportan recursos y otros las herramientas para la capacitación de las mujeres y hombres que trabajan el campo.
“El enfoque de nuestra organización es enfrentar el hambre de la forma más amplia posible, empezando por los recursos, los sistemas productivos, de cadena de solución en los sectores agrícola, ganadero, forestales y la pesca. Integrando programas de desarrollo con el fin de aumentar la disponibilidad de alimentos”.