El museo Tomás Romay, de Historia Natural, reabrió sus puertas en la ciudad de Santiago de Cuba tras una prolongada remodelación que lo dota de mejores condiciones para continuar la intensa labor de educación medioambiental que siempre le caracterizó.
La instalación, ubicada en la céntrica calle Enramadas, también sirve de sede a la filial oriental de la Academia de Ciencias de Cuba, y cobija uno de los planetarios más antiguos del país, con 50 años de funcionamiento.
El museo atesora igualmente más de 700 ejemplares de la flora y la fauna, entre ellos algunos endémicos de la Mayor de las Antillas como el almiquí y el carpintero real, además de una importante colección de arácnidos.
El Tomás Romay, primera institución científica creada por la Revolución fuera de la capital del país, se ha distinguido por una amplia labor de promoción y educación ambientalista y de protección de las especies, desarrollada en lo fundamental con niños, adolescentes y jóvenes.