La dignificación de la industria azucarera en Cuba es parte del Programa Integral de Reestructuración de esta actividad económica vital para el desarrollo del país, y en sus esencias incluye, entre otros asuntos, el perfeccionamiento de las instalaciones y áreas de producción del crudo.
Esos propósitos se enrumban también a reformar el ambiente laboral depauperado, en muchos sitios como consecuencia de limitaciones materiales y en otros lugares, además, víctima del abandono y la desidia.
Por eso es aleccionador aquilatar cómo ante la inminente zafra 2014-2015, los trabajadores de la unidad empresarial de base Central Majibacoa, en la provincia de Las Tunas, asumen el reto de transformar su entorno natural y revertir el panorama de esa instalación.
Más que palabras, hechos
El entusiasmo en el edificio socio-administrativo es contagioso. En sus pasillos y oficinas el olor a pintura fresca es símbolo de cambios en la imagen. Allí encuentro, brocha en mano, a Mayda Lidia Pupo Vega, operadora A, de casa de caldera con 17 años de experiencias en esa exigente labor.
“Estoy pintando para embellecer más nuestra fábrica”, dice sonriente Mayda, y es fácil advertir en su entonación el sentido de pertenencia que la impulsa, el mismo que suma esfuerzos y resultados al objetivo explícito de hacer más agradable la estancia de los trabajadores en sus puestos de labor.
Entre tanto, el ingeniero químico Mario Lack Meriño, jefe de turno integral en tiempos de zafra, dirige ahora todas las labores de reanimación que asume el colectivo, sin abandonar las imprescindibles reparaciones industriales.
“Estamos trabajando en la pintura de todas las áreas, tanto dentro del ingenio como en la infraestructura que lo circunda”, afirma Mario y sus palabras tienen reflejo en diversos lugares de la instalación, incluida la cerca perimetral que saluda rejuvenecida al visitante.
Sus afirmaciones pueden percibirse en el estado de las áreas verdes, las nuevas persianas metálicas que dan belleza y seguridad al edificio socio-administrativo, la construcción de una garita que mejorará las condiciones de trabajo de los custodios, el alumbrado del entorno, y en la reparación y puesta en marcha de la planta de hielo.
“Pero hay otras mejoras”, afirma Mario y refiere que el área de centrífugas, donde se le da el terminado al azúcar, va completamente pintada y con piso nuevo; y, adaptan un local en desuso para convertirlo en un aula de capacitación, que estará dotada de mobiliario nuevo y de otras requerimientos que facilitarán esta actividad tan importante en el adiestramiento de la fuerza laboral.
Jorge Diéguez González, operador de bomba de agua en el ingenio, como sus compañeros de faena ponderan la reconstrucción de los baños en todos los departamentos: “Ya no van a estar sucios y tendrán condiciones hasta para bañarse después de terminar la jornada laboral. Ya no saldremos llenos de churre para nuestras casas”, afirma y sonríe en gesto de aprobación.
Hombre atendido…
Roberto Escobar Peña, secretario general del Sindicato Azucarero en la provincia, a tribuye los crecimientos productivos y el aumento de la eficiencia que va experimentando en las últimas contiendas esta industria están asociados a la buena atención a los trabajadores.
“Aunque todavía faltan algunas acciones por materializar, a los cambios experimentados en las condiciones de trabajo se suman una mejor comunicación entre empleadores y empleados, y el tratamiento oportuno de los planteamientos que hacen los trabajadores, con soluciones o respuestas, pero se sienten escuchados, y eso es una fortaleza”, sentencia el dirigente sindical.
