Al estrechar su mano la sentí áspera, al parecer por el cemento que siempre afecta a pesar del guante. Él labora en una planta que produce bloques de hormigón para la venta a la población. Conversamos en la pequeña sala de su casa, en una cuartería. Lo primero que me dice es: “Pregunte sin pena, pero…, no ponga mi nombre en el periódico, por favor, no quiero dañar más a mi mamá”.
Me contó que estuvo tres años en la prisión por un delito de robo con fuerza. “Me equivoqué…, fue un error. Pero me porté bien y un día me dijeron que si quería pasar un curso práctico de ayudante de albañil. Vi de nuevo la luz. Puse mucho empeño. Aprendí rápido. Quince meses después me dieron la libertad anticipada por mi buena conducta. “Enseguida me puse a trabajar en la ‘bloquera’. Allí todos nos llevamos bien. El administrador me habló claro y yo no le he fallado ni le fallaré, y la del sindicato siempre está pendiente de mí, de cómo me siento y de si tengo algún problema…
“Eso hay que agradecerlo mucho, porque cuando uno está en buena, sobran los que se te acercan, pero cuando ‘caes en baja’, pocos te tienden la mano. El día que voy a firmar al Tribunal, una vez al mes, también me preguntan cómo me va. Y yo les digo que bien, porque es la verdad. He jurado que no le doy más dolores de cabeza a la vieja”.
Cuando salí a la acera busqué el pedacito de página —ya amarillento— que anda conmigo desde hace muchos años. Es un poema anónimo que encierra en sus versos una verdad enorme, pero no siempre tenida en cuenta como merece. Leo la primera parte: “Ama la nube, la máquina y el libro, pero ante todo ama el hombre. / Siente la tristeza de la rama que se seca, del planeta que se extingue / del animal inválido / pero siente ante todo, la tristeza del hombre…”.
Atención para evitar
Fui entonces en busca de otros elementos. Indagué sobre qué hace la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en la atención a quienes llaman trabajadores insertados o sea, a los que —como el joven que gentilmente me dio su testimonio— merecieron la libertad anticipada por el adecuado comportamiento y la buena conducta en los centros penitenciarios y laboran hoy en disímiles puestos laborales en el sector estatal y en múltiples actividades del no estatal.
El hecho de que hayan sido sancionados por algún delito no significa en modo alguno que deban quedar desamparados o a merced de la suerte, porque lo más significativo de todo el proceso reformativo es que se integren a la sociedad como ciudadanos de bien, y ese empeño no puede quedar a la espontaneidad ni sobre la base, únicamente, de la conciencia personal.
Generada Padilla Jiménez, miembro del secretariado ejecutivo de la CTC en la central provincia de Cienfuegos, explicó que para organizar la atención a esas personas desarrollaron, primero que todo, una reunión conjunta entre la direcciones de la organización sindical y del Tribunal Popular Provincial y definieron un convenio de trabajo, en el cual las acciones en la base, de manera directa con cada uno de ellos, tiene el peso fundamental.
“Mensualmente los insertados deben comparecer ante el Tribunal Popular de cada municipio de residencia. En ese momento está presenta un funcionario de la CTC a ese nivel, para interesarse por la situación laboral que tienen”, agregó.
Durante este mes de octubre se capacitan a quienes forman parte de las direcciones de las secciones sindicales en cada centro con trabajadores insertados y de las organizadas en el sector no estatal, para que dominen con claridad las responsabilidades y los métodos de atenderlos de manera directa.
“El propósito fundamental —subrayó— es lograr una atención permanente que contribuya a evitar la revocación de a los que le concedieron la libertad anticipada, en su mayoría jóvenes”.
La labor se hace más difícil en el sector no estatal, por la diversidad de actividades que ejecutan y la dispersión, pero sobre la marcha se realizan los ajustes necesarios para que ninguno quede aislado.
La dirigente sindical cienfueguera significó la participación activa que han tenido no pocos trabajadores insertados en copas de softbol organizadas este año por la CTC y la empresa mixta Cuvenpetrol S.A., y en exposiciones de artesanía y matutinos especiales con motivo de aniversarios y efemérides.
Volví al poema y leí su parte final: “Que todos los bienes terrenales te prodiguen la alegría / que la sombra y la luz te prodiguen la alegría / Que las cuatro estaciones te prodiguen la alegría / pero, ante todo, que el hombre te prodigue la alegría”.