Por Juanita Perdomo Larezada y Evelio Tellería Foto: José Raúl Rodríguez Robleda
El derecho de que se generalice lo creado por el movimiento de innovadores del sector turístico y se acabe de arreglar lo que anda mal, fue defendido por Héctor Vidal Iglesias, de la Empresa de Prestaciones de Servicios al Turismo (Emprestur) en Ciego de Ávila, durante un intercambio con los máximos directivos del MINTUR cubano, como parte del programa de trabajo que cumplen delegados a la Primera Conferencia Nacional de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir).
El innovador, con más de dos décadas de experiencia, estimó que si bien la mayor fortaleza de la Anir radica en la posibilidad de aplicar las soluciones fuera del lugar donde se concibieron, cuando esto no se materializa, se convierte entonces en la principal debilidad de la asociación.
“Por esta causa hemos perdido a muchos asociados, compañeros que se disgustan porque lo ideado por ellos no beneficia a otros colectivos”, resaltó.
“La economía cubana no se puede dar el lujo de prescindir de las respuestas ingeniosas que aportan los innovadores, mucho menos la industria turística”, alertó.
El propio Vidal Iglesias creó un sistema que ahorra el 50 % de los productos químicos que se utilizan en las piscinas de los hoteles de Cuba, sin embargo, solo lo emplean en 30 de las 310 albercas que existen. “Que lo emplee únicamente el 10 % resulta muy desestimulante y perjudicial para el país”, lamentó.
El delegado avileño solicitó a los directivos del MINTUR un análisis real del impacto que tienen las soluciones una vez que se generalizan, lo que permitiría evaluar objetivamente lo que estas aportan, tanto en ahorro como en ganancias medioambientales.