Creadores, tenaces, indetenibles… Con esas y otras virtudes muchos caracterizan a los innovadores y racionalizadores en cualquier rincón del país. Los vemos a diario en empresas, talleres, centros de investigación y servicios, resolviendo los más disímiles problemas que se presentan o buscando mayor eficiencia o eficacia.
No en balde, al referirse a esa avanzada integrada por más de 214 mil hombres y mujeres, Alfredo Machado López, su máximo representante, manifestó muy optimista: “Con una adecuada atención a esta actividad en la base se pueden multiplicar increíblemente los resultados. Nos espera mucho trabajo”.
Extenso y valioso ha sido el devenir de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir) con su fuerza creadora como respuesta al bloqueo imperialista. Inspirada en la obra de su presidente de honor, el Comandante Ernesto Che Guevara, la Asociación celebrará, dentro de algunas horas, su primera Conferencia Nacional, evento al cual se refirió Machado López en diálogo con Trabajadores.
Llegamos en un momento muy importante, tras un proceso que abarcó la convocatoria al evento, la renovación o ratificación de mandatos de los comités de innovadores y racionalizadores (CIR), las conferencias municipales y provinciales y las reuniones de trabajo realizadas en septiembre para constituir las delegaciones territoriales a la magna cita anirista.
Según sus propios planteamientos, se sienten más reconocidos y aprecian que se les tiene más en cuenta. Hubo una mayor presencia de las instancias políticas, de gobierno y de direcciones administrativas en los análisis, así como un tratamiento más directo a los problemas fundamentales, sin rodeos. La participación de los sindicatos y su protagonismo fue elemento clave para llegar a esta reunión en condiciones muy favorables.
El XX Congreso de la CTC ratificó la necesidad de “continuar fortaleciendo el funcionamiento de la Anir para que cumpla la misión que le corresponde en los centros de trabajo”.
A lo largo de la etapa preparatoria del cónclave. ¿Cuáles han sido los planteamientos y expectativas planteadas por los aniristas en las reuniones territoriales?
Lo más relevante ha sido la voluntad de los innovadores de incrementar su contribución al avance de la economía del país. Enfatizo en esto porque se puso de manifiesto durante todo el proceso y no siempre los medios lo reflejan así.
Los principales planteamientos estuvieron concentrados en las debilidades del funcionamiento en las organizaciones de base, el insuficiente apoyo institucional y las dificultades con el aseguramiento financiero y material de los planes temáticos, las entidades incumplidoras de la Ley 38 y la necesidad de actualizarla, la falta de reconocimiento y estimulación oportuna a los asociados, la baja remuneración y la ausencia de capacitación sobre las normas que regulan esta actividad.
La Ley 38 reconoce y respalda la labor innovadora y racionalizadora, sin embargo su cumplimiento y vigencia resultan temas polémicos desde hace mucho tiempo. ¿Se avizoran modificaciones al respecto?
La instrumentación de los Lineamientos del VI Congreso del Partido es un proceso gradual que incluye la transformación de un grupo de normativas; se han establecido prioridades y estoy seguro que oportunamente este tema será debidamente tratado.
El XX Congreso de la CTC propuso la necesidad de actualizar esta Ley vigente desde 1982, y será un asunto a debatir en la Conferencia Nacional. Insisto en que hasta tanto no llegue ese momento, nada justifica incumplirla.
¿Cuáles son las insuficiencias que aún subsisten en el apoyo a la Anir en la base por parte de algunas administraciones. ¿Qué papel le corresponde al sindicato?
Desde las instancias de gobierno se ha incorporado el análisis del tema y en algunos lugares se ha comenzado a relacionar la labor de los innovadores con los resultados económico- productivos.
Aquí el papel de la CTC y los sindicatos fue muy notable desde la nación hasta la base. Todos hemos ido ganando en conciencia de la prioridad que reviste atender esta cuestión.
En primera instancia los innovadores son afiliados a un sindicato, por tanto le atañe a la organización sindical evaluar este tema en las asambleas de afiliados y de representantes, así como ante los organismos correspondientes y en los consejos de dirección.
En no pocos informes de las administraciones a las asambleas de afiliados se soslaya la repercusión del aporte de los innovadores y racionalizadores en la economía del colectivo. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Los innovadores y sus soluciones están ahí, constituyen la parte más vital de la Asociación. En torno al funcionamiento de nuestras estructuras cometimos errores que las fueron apartando de los sindicatos y se dejó de analizar este tema con la profundidad y periodicidad que requería. Hoy estamos erradicando esos errores.
Con la rectoría de la CTC, la Anir viene dando pasos encaminados a fortalecer su funcionamiento en cada sindicato. El quehacer de los innovadores irá tomando su espacio.
¿Qué limitaciones objetivas y obstáculos subjetivos presentan hoy la elaboración de los planes temáticos y la generalización de las innovaciones?
Nada justifica que no se planifiquen los recursos financieros y materiales que necesitan los aniristas.
La práctica nos dice que la causa fundamental es subjetiva, está en los cuadros. El plan temático es la herramienta de la planificación que permite dirigir la innovación hacia aquellas cuestiones que limitan el proceso productivo o de servicio y necesita un aseguramiento financiero y material para su consecución. Así ocurre también con los planes de generalización. Ambos son responsabilidades administrativas. El innovador siempre hace la parte más difícil: la solución del problema.
¿Qué principios fundacionales mantiene la Anir en el contexto actual?
El primero y más importante como organización obrera es su pertenencia y fidelidad a la Central de Trabajadores de Cuba.
En el XIII Congreso de la CTC, donde se acordó crear la Anir, el primer objetivo de la Resolución sobre Innovadores y Racionalizadores señala: “desarrollar al máximo la iniciativa creadora de los trabajadores, aprovechando las reservas en ellos existentes, con vistas a lograr el aumento de la producción y la productividad del trabajo mediante modificaciones y mejoras en la técnica, la tecnología y la organización de la producción”.
El Lineamiento 139 del VI Congreso del Partido plantea: “definir e impulsar nuevas vías para estimular la creatividad de los colectivos laborales de base y fortalecer su participación en la solución de los problemas tecnológicos de la producción y los servicios y la promoción de formas productivas ambientalmente sostenibles”.
Lo anterior —en mi opinión— reafirma lo imprescindible que es la Anir en los tiempos actuales.